Redacción
Distrito Federal. 6 de enero de 2015.- La masacre de 22 muertes extrajudiciales ocurrida en Tlatlaya y la desaparición forzada de 43 estudiantes en Ayotzinapa podrían formar parte de la agenda extraoficial en el encuentro bilateral que sostendrán este martes el presidente de México Enrique Peña Nieto y el mandatario de Estados Unidos Barack Obama.
En una carta dirigida al presidente estadounidense, la organización Human Rights Watch consideró necesario que Barack Obama exija a Enrique Peña Nieto que México investigue y juzgue los atroces abusos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas.
Este martes, Obama recibirá a Peña Nieto en la Casa Blanca, en un momento que a decir de Daniel Wilkinson, director adjunto de la División de las Américas de Human Rights Watch, “México está atravesando la crisis de derechos humanos más grave en años, en la cual miembros de las fuerzas de seguridad participan en abusos terribles que rara vez son sancionados”.
“El gobierno de Peña Nieto hasta el momento no ha enfrentado esta crisis con seriedad, y el Presidente Obama no ha estado dispuesto a llamar la atención al gobierno mexicano para que lo haga”, expuso Wilkinson.
Para Human Rights Watch, los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa reflejan un patrón más amplio de abusos e impunidad, y son en gran parte consecuencia del fracaso del gobierno mexicano para abordar el problema.
Con base en la Iniciativa Mérida, la asistencia de Estados Unidos a México exige el cumplimiento de una serie de requisitos básicos de derechos humanos, entre los cuales se incluyen asegurar que se investiguen y juzguen las violaciones de derechos humanos cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, en la misiva enviada a Barack Obama, la organización Human Rights Watch informó que expertos en derechos humanos de Naciones Unidas han reportado que la tortura es una práctica “generalizada” en el país y que hubo “numerosas” ejecuciones extrajudiciales cometidas por fuerzas de seguridad.
En los últimos meses, el gobierno de Enrique Peña Nieto se ha comprometido a adoptar medidas para investigar y juzgar los abusos, pero no ha concretado en la práctica sus propias iniciativas.
Por su parte, Barack Obama manifestó en diciembre de 2014 que “lo mejor que podemos hacer es ser un buen socio y construir sobre la base de los avances que se han conseguido”.
En una afirmación categórica, Human Rights Watch afirmó que el gobierno de Estados Unidos no debería certificar que México ha cumplido con los requisitos de derechos humanos hasta que México demuestre avances significativos en el juzgamiento de abusos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad.
“Si el Presidente Obama aspira realmente a ser un buen socio, debe estar dispuesto a decir lo que el gobierno mexicano necesita escuchar”, subrayó Wilkinson.