Redacción
Toluca, Edomex. 19 de diciembre de 2014.- La construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en los terrenos del exlago de Texcoco ya no tiene marcha atrás. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emitió un dictamen favorable de la manifestación de impacto ambiental del proyecto, único requisito que faltaba para poder iniciar la edificación de la terminal aérea.
Ahora sólo se espera que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes emita la convocatoria de licitación de la primera etapa del proyecto para que formalmente se inicien los trabajos de lo que será el nuevo aeropuerto de la ciudad de México que tendrá una extensión de cuatro mil 531 hectáreas.
Los legisladores integrantes del Congreso de la Unión asignaron más de 16 mil millones de pesos del presupuesto federal del próximo año al proyecto aeroportuario, de los cuales 10 mil 500 se destinarán a la infraestructura del propio aeropuerto y el resto a obras hidráulicas que se requieren alrededor de la terminal para garantizar que no haya inundaciones ni en la terminal aérea ni en zona bajas del Distrito Federal.
Esta semana la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (Dgira) de la Semarnat dio el visto bueno a la manifestación de impacto ambiental del proyecto aeroportuario tras una revisión de poco más de dos meses. Ya en septiembre se había emitido su falló favorable del estudio de impacto ambiental.
Con la resolución de la manifestación de impacto ambiental, las empresas que ganen la licitación ya podrán iniciar el proceso de construcción de la nueva terminal aérea, siempre y cuando se ajusten a una veintena de condicionantes y las autoridades hayan concretado el cambio de uso de suelo, que en este momento es forestal en la zona del exlago de Texcoco.
Entre las condiciones que puso la Semarnat para la edificación de la terminal aérea están las de presentar seguros y garantías de que no correrán riesgos especies amenazadas, endémicas o en riesgo de extinción y se presente un plan para su conservación; también deberán presentar una serie de medidas para reducir al mínimo los efectos negativos al medio ambiente que traerá la instalación de la terminal.
Se pide que se presente un plan de restauración ecológica en la zona y haya un programa para el manejo de los humedales en la región, además de planes de rescate de flora y fauna.
La autorización que extendió la Semarnat con este dictamen tiene vigencia de 48 años, para la preparación del sitio y la construcción del proyecto y se autorizó a la operación de la nueva terminal aérea por espacio de cien años.