Las últimas 24 horas no fueron las mejores para la campaña electoral de Enrique Peña Nieto. El escándalo de Tomás Yarrington –investigado por autoridades de Estados Unidos por presuntamente recibir sobornos del crimen organizado- obligó a la clase política del PRI, y en específico a su dirigente nacional Pedro Joaquín Coldwell, y al abanderado presidencial a deslindarse del ex gobernador de Tamaulipas. A exigir, al menos en el discurso a la suspensión de sus derechos partidistas, y que enfrente los procesos legales sin la cercanía política del caso.
Lo que nadie olvida es que Yarrington fue un aliado del Estado de México cuando fue gobernador de Tamaulipas. Tomás formaba parte del TUCOM –Todos Unidos Contra Madrazo- y compitió junto con Arturo Montiel por la candidatura priísta. Cuando Montiel fue el ungido del TUCOM, Yarrington se mostró institucional, y le dio todo su apoyo al ex gobernador caído en desgracia. Ayer los dos compartieron ser gobernadores en sus estados natales, también coincidieron en la aspiración por la Presidencia de la República. Y hoy, son entes negativos para su partido.
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La cosa no paro ahí para Enrique Peña. Por la mañana fue dada a conocer una nueva página de Internet denominada PeñaVuela.com, en la cual se difunden los presuntos viajes emprendidos por el candidato presidencial en los últimos años. Al ex gobernador se le adjudican entre enero de 2010 y febrero de 2012 68 vuelos personales; 52 vuelos político partidistas y 47 vuelos de trabajo durante su gestión como gobernador del Estado de México. Se trata de evidenciar el despilfarro del abanderado priísta, que sigue en la cima de las encuestas electorales.
En la misma página web, se enfatiza los viajes de descanso realizados con su familia a Miami, Florida. Se refiere que Peña Nieto ocupó un lujoso departamento ubicado en el Blvd. Crandon # 799, Cayo Biscayne, cuya residencia tiene un precio de renta de USD $ 8,000.00, y cuenta con dos recámaras y tres baños, y un precio de venta de USD $ 2,950,000.00, con cuatro recámaras y cinco baños. La información de Internet añade: “Si este departamento es propiedad del candidato, no se encuentra en su declaración patrimonial”. Los ataques irán subiendo de tono, sin duda alguna.
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Para cerrar con broche de oro, se realizó una nueva edición de la Marcha Yo Soy 132, surgida a partir de la visita de Enrique Peña a la Universidad Iberoamericana. Aunque el movimiento se dice apartidista, y no estar en específico en contra de candidato alguno, aparecieron las pancartas de rechazo a la posible imposición de Peña Nieto como Presidente de México. La marcha que comenzó en la Estela de Luz y llegó a Televisa Chapultepec, dejó en claro su animadversión al mexiquense, privilegiado en el sesgo informativo atribuido a algunos medios de comunicación.
Por la noche, Peña Nieto asistió al programa de Televisa llamado Tercer Grado, donde se le cuestionó su relación con los priístas Carlos Salinas de Gortari, Arturo Montiel, Humberto Moreira y hasta con la líder magisterial del SNTE, Elba Esther Gordillo. El mexiquense simplemente no se salió del guión, y frente a cada persona impresentable por el que se le preguntaba sólo atinó a decir: «Yo respeto». Con poco covencimiento, Enrique Peña se desmarcó de los personajes incómodos de su partido, incluido Yarrington, quien reconoció lastima al PRI.
