Mientras el Gobierno de la República busca eliminar la apología del delito, y desaparecer del discurso oficial la lucha contra el crimen organizado; en el territorio del Estado de México, las condiciones hacen que la prensa escrita se inunde en sus planas del baño de sangre que aqueja a la entidad. El transcurrir de los días reporta ejecuciones, la militarización de las calles, y un gobierno que no articula estrategias que disminuyan la percepción de que el crimen simplemente los ha rebasado. Lo que unos hacen, los otros lo desbaratan.
Tan sólo el fin de semana, se registraron un par de balaceras en los municipios de Valle de Chalco y de Nezahualcóyotl, con un saldo de dos personas fallecidas y ocho heridas. Mientras que en el sur del estado, la Secretaría de Seguridad Ciudadana aseguró a cuatro personas, acusadas de portación ilegal de armas y droga. Los detenidos se encontraban en posesión de 2 armas de fuego, 15 kilos de marihuana y 20 cápsulas de la droga conocida como cristal.
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Martha Hilda González Calderón siempre soñó con ser alcaldesa de Toluca, pero cuando finalmente alcanzó su objetivo, parece que la capital mexiquense enfrenta los tiempos más aciagos. Lejos quedaron los atributos de Toluca la bella, hoy atemorizada por el hallazgo macabro de cadáveres en colonias populares de la ciudad. La presencia militar no puede quitar la capacidad de asombro, ni puede ser vista como la única solución al problema que se tiene.
Aunque hace apenas tres semanas, Martha Hilda mandó el mensaje de hacer de Toluca, un municipio dedicado a la educación de su gente, hoy sus habitantes urgen a sentirse seguros. La presencia de las fuerzas castrenses generan una dolorosa percepción de “estado de sitio” jamás vista en la capital del estado más poblado del país, y que para colmo de males representa en términos reales la tierra natal del Presidente Enrique Peña.
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Para colmo de males, para la capital mexiquense ni siquiera su equipo de fútbol avanza por buen camino. Ayer el deportivo Toluca perdió en casa, en la mismísima Bombonera, frente a los Pumas de la UNAM por la mínima diferencia. Para los aficionados reales de los Diablos Rojos su equipo simplemente no funciona como en el anterior torneo. Lesiones, ausencias o mala fortuna han acompañado en los primeros juegos a los toluqeños.
Quien sí debió disfrutar ayer la derrota del Toluca, es el Gobernador Eruviel Ávila, quien en repetidas ocasiones ha mostrado su afición inconmensurable por los Pumas de la UNAM, que ayer se impusieron al equipo local. Sin embargo, en las redes sociales donde en diciembre pasado mostró su apoyo al Toluca, se omitió cualquier comentario festivo sobre la victoria de la escuadra de sus amores, que identifica por ser ésta su Alma Mater frente a los rojos.