Redacción
A menos de una semana de que arranquen formalmente las campañas electorales del Estado de México, un grupo de disidentes del Partido Verde Ecologista de México ha manifestado su rechazo a la alianza con el PRI. Argumentan, los inconformes, que han sido desplazados por la dirigencia nacional en asuntos que le competen a la militancia mexiquense.
Sin embargo, dos priístas que se han enfundado en la causa ecologista -pasando como candidatos plurinominales del PVEM- para convertirse en diputados locales se han convertido en dos pilares de la operación política de Eruviel Ávila: Carlos Cadena Ortiz de Montellano y Miguel Sámano Peralta.
Carlos Cadena, hijo de Manuel Cadena, se desempeñó como diputado local entre 2006 y 2009. Ingresó a la legislatura estatal por la vía plurinominal y parte de la fracción del Partido Verde Ecologista de México, sin embargo, antes de tomar protesta como legislador renunció a dicho grupo parlamentario para incorporarse a las filas de la fracción priísta que entonces coordinaba Eruviel Ávila, virtual candidato a Gobernador del PRI.
Cadena Ortiz de Montellano no concluyó su encargo legislativo obligado por circunstancias electorales a renunciar al mismo, luego de que en 2009 fue designado secretario de Desarrollo Económico -en sustitución de Enrique Jacob Rocha, actual legislador local por Naucalpan-. En esa ocasión, Eruviel Ávila también se separó de su encargo parlamentario para buscar la alcaldía de Ecatepec por segunda ocasión.
No habían pasado seis meses de su nueva encomienda, cuando el mandatario estatal Enrique Peña Nieto nombró a Carlos Cadena secretario de Desarrollo Metropolitano -oficina que había dejado acéfala Alfonso Navarrete Prida, actual diputado federal por Huixquilucan-. Carlos Cadena debió dejar la promoción económica de la entidad para atender la agenda metropolitana entre el Estado de México, Hidalgo y Distrito Federal.
Un año y siete meses después, Carlos Cadena renunció a la secretaría de Desarrollo Metropolitano para incorporarse como coordinador de Evaluación de la Campaña de Eruviel Ávila Villegas. Actualmente, su encomienda consiste en evaluar todas las actividades encaminadas a promocionar el voto a favor de Eruviel Ávila, incluida la difusión y propaganda del candidato a partir del próximo 16 de mayo.
En tanto, Miguel Sámano Peralta, ex secretario particular del ex gobernador Arturo Montiel Rojas, es otro de los operadores «verdes» que con oficio político buscarán que Eruviel Ávila ocupe en septiembre próximo la silla que dejará vacante el mandatario saliente, Enrique Peña Nieto.
Un brazo ejecutor durante el sexenio de Arturo Montiel es lo que caracteriza a Miguel Sámano, de quien se dice fue pieza clave para que la decisión sucesoria de hace seis años favoreciera al actual gobernador Enrique Peña Nieto, entre la lista de precandidatos que tenía el priísmo mexiquense. No obstante, durante los primeros cuatro años del sexenio peñista, Sámano Peralta permaneció marginado de las decisiones políticas de la entidad.
Fue hasta el 2009, cuando por medio de la vía plurinominal, Miguel Sámano fue inscrito en el listado del Partido Verde Ecologista para una diputación local. En medio de la sospecha, que acusaba una sobrerepresentación, Miguel Sámano se convirtió en diputado local desde septiembre de 2009, y al mismo tiempo fue nombrado coordinador del Grupo Parlamentario del PVEM y por lo tanto integrante de la Junta de Coordinación Política que preside el legislador priísta Ernesto Nemer Álvarez.
Fuentes cercanas al PRI estatal refieren que con inusitada frecuencia Miguel Sámano se ha acercado de nueva cuenta a la sede estatal del tricolor, donde teje fino y opera lo necesario y lo suficiente por garantizar su regreso a las grandes ligas de la política estatal para el sexenio que se avecina. Aunque primero, trabaja fuerte para conseguir un triunfo contundente del priísta Eruviel Ávila Villegas.
Durante el sexenio pasado, tanto Miguel Sámano como Manuel Cadena -padre de Carlos- fueron dos operadores políticos de primer nivel para el ex mandatario, en cuya ambición y suma de intereses de grupo estuvieron muy cerca de llevar a Arturo Montiel a la Presidencia de la República, antes de que le estallara en las manos los escándalos de su riqueza patrimonial.
Seis años después, Miguel Sámano y Manuel Cadena – por interpósita persona- están de regreso, y a un paso de asumir de nueva cuenta gran relevancia en el poder política.