Redacción
Los gobiernos del Estado de México y el Distrito Federal incumplieron una vez más los acuerdos metropolitanos firmados por ambas administraciones en 2008, que contemplaba el cierre definitivo del Bordo de Xochiaca y obligaba a la gestión capitalina buscar en territorio propio alternativas de depósito final de sus desechos sólidos, que representan alrededor de 12 mil toneladas diarias de basura, que hasta la semana pasada eran enviadas al relleno ubicado en el municipio de Nezahualcóyotl.
Luego del cierre del relleno sanitario del Bordo de Xochiaca, el cual recibía cerca de 24 mil toneladas de basura diariamente del Estado de México y el Distrito Federal; el gobierno capitalino anunció que busca la autorización de la administración mexiquense para continuar con el depósito de sus residuos sólidos en rellenos de Tultitlán o Texcoco que le permitan el inmediato tratamiento de sus desechos en territorio estatal.
A pesar de que el depósito de basura en el Bordo de Xochiaca durante décadas causó disputas legales durante el gobierno de Arturo Montiel, que exigía a la administración de Andrés Manuel López Obrador indemnizaciones millonarias por afectaciones al subsuelo mexiquense; la gestión de Eruviel Ávila ha abierto la puerta a su homólogo Marcelo Ebrard para que la entidad mexiquense permanezca como alternativa para las casi 12 mil toneladas de basura diarias que se generan en la capital del país.
En comunicados distintos, la secretaría de obras del Distrito Federal anunció que ya se hacen gestiones con el Estado de México para el tratamiento de 4 mil 700 toneladas de basura, que pudieran ser depositadas en rellenos sanitarios ubicados en Tultitán y Texcoco.
En tanto, la secretaría del Medio Ambiente del Estado de México explicó que se promoverá el envío de residuos orgánicos de la entidad a las plantas de tratamiento y elaboración de composta por parte del Distrito Federal. En forma compensatoria, el Distrito Federal enviará residuos sólidos urbanos a rellenos sanitarios del Estado de México.
Sin embargo, dentro de acuerdos metropolitanos firmados entre ambos gobiernos hace más de tres años, la administración que encabeza Marcelo Ebrard se comprometía al cierre definitivo del Bordo de Xochiaca en 2011, pero además se establecía que buscarían en su territorio una alternativa para el depósito final de desechos sólidos. El incumplimiento a los convenios a la materia se determina a partir de la definición de que el Estado de México permanezca como el basurero de la capital del país, lo que también ha generado en múltiples ocasiones, el surgimiento de basureros clandestinos.