Redacción
Tuvieron que pasar casi diez años para que las principales figuras de la izquierda se reunieran públicamente en un acto político. En el arranque formal de su campaña proselitista Alejandro Encinas juntó a Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino, Cuauhtémoc Cárdenas, fundador y líder moral del PRD, y al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. A su lado, el actual dirigente del partido del sol azteca Jesús Zambrano.
El acto fue más simbólico que efectivo para la campaña de Encinas, quien compite por segunda ocasión por la gubernatura del estado –la primera vez lo hizo en 1993—pero lanzó en mensaje de que juntos buscarán derrocar al gobernador del estado, Enrique Peña Nieto, al PRI y a su candidato Eruviel Ávila.
Para hacer más representativo el acto, éste se efectuó en Ecatepec, tierra originaria del priista Ávila Villegas, donde reunieron unos 10 mil simpatizantes.
Andrés Manuel López Obrador fue el más vitoreado por la concurrencia, seguido de Cárdenas, Encinas y al último Marcelo Ebrard. Jesús Zambrano, líder nacional del PRD fue abucheado y los militantes no dejaron pasar la oportunidad para recriminarle su intentona por aliarse con el PAN, al grado que le gritaron “vendido”.
Arriba del templete, más de 80 personajes de la izquierda mexicana. Ifigenia Martinez, Porfirio Muñoz Ledo, y familiares de Heberto Castillo, todos ellos fundadores del PRD. Pero también prevalecieron los perredistas del Distrito Federal, que desplazaron a los mexiquenses a un segundo plano. El ausente fue Héctor Bautista, líder de la corriente más numerosa del PRD en el Estado de México, ADN.
Ebrard fue el primero de los grandes en hablar. Pidió no temerle al PRI. Después López Obrador quien dijo que los priistas y Peña Nieto no son más que “gigantes con pies de barro” y de paso aprovechó para aclarar que “ahora no es tiempo de polémicas entre perredistas por la candidatura presidencial, sino de unirse en torno a la campaña de Encinas”.
Al final Cuauhtémoc Cárdenas, quien se dirigió más a los simpatizantes y militantes para no aflojar el paso y trabajar día a día para convencer a los mexiquenses de que Encinas es el único que pueda transformar la realidad del estado.
Para rematar Encinas aclaró “no he venido a competir en esta elección, he venido a ganar y a cambiar la vida de los mexiquenses”.
Terminado el mitin todos, tibios saludos de despedida y cada uno tomó rumbo distinto.