Redacción
Nueva York, Estados Unidos. 15 de febrero de 2015.- La Orquesta Sinfónica del Estado de México fue aclamada anoche en el auditorio del Lehman College, en Nueva York, tras ejecutar un programa que incluía piezas de Manuel de Falla y Enrique Granados, así como la “Sinfonía número 1”, de Johannes Brahms.
De acuerdo a la agencia informativa Notimex, algunos de los objetivos de la gira son destacar la obra del compositor mexicano Manuel M. Ponce, así como la aportación de los solistas de la orquesta, la pianista rusa Irina Chistiakova y el guitarrista mexicano Alfonso Moreno.
En entrevista con Enrique Bátiz, conductor de la agrupación mexicana, indicó que la OSEM es “la orquesta mexicana que viaja con mayor frecuencia al extranjero, y Estados Unidos es uno de sus destinos principales. Acotó que esta gira sigue a la que se realizó en 2008, donde tocaron una serie de 40 conciertos.
“El público nos ha recibido de manera maravillosa, aplaudiendo de pie las ejecuciones de los solistas, que han tocado con gran calidad tanto la obra de Ponce, como los conciertos para guitarra que hemos incluido en algunos programas”, afirmó Bátiz en entrevista con Notimex.
El concierto del sábado, en un auditorio universitario ubicado en el condado del Bronx, estuvo compuesto por las “Tres danzas españolas”, de Enrique Granados (1867-1916); “Noches en los Jardines de España”, de Manuel de Falla (1876-1946), y la “Sinfonía número 1 en Do menor, opus 68”, de Johannes Brahms (1833-1897).
En otras fases de la gira, que hasta el momento ha incluido conciertos en Illinois, Massachusetts, Nueva Jersey y en la capital, Washington DC, la OSEM ha presentado el “Concierto Romántico”, de Ponce.
El director destacó que es importante para la comunidad mexicano-estadunidense saber que México cuenta con lo que, a su juicio, es una de las mejores orquestas de música clásica en el planeta, pese a lo extenuante que para él y para los músicos representa participar en una gira tan extensa.
“La excelencia es una bandera que hay que renovar todos los días. Casi nunca se llega a alcanzarla. Trabajar en una orquesta es muy laborioso, muy cansado, pero es muy estimulante ver y recibir, como en el concierto del sábado, el aplauso de pie de la gente”, aseguró Bátiz.