Juan Carlos Núñez Armas*
Estamos a unos días del proceso electoral más grande de la historia en este nuestro país. Una gran mayoría de quienes votarán ya tienen claro la intención de su sufragio. Lamentablemente, las predicciones sobre el porcentaje de electores que acudirá a las urnas aún no es suficiente para que la elección goce de una legitimidad proporcional a su importancia, pues se calcula que la participación estará entre el 48 y el 51% de los ciudadanos que pueden votar. Si usted está entre el 49 y 52% que no tiene claro si irá a votar, decídase a participar y escriba su propia historia de éxito, impulsando el destino que le gustaría del país, del estado y del municipio en el que vive.
Analicemos algunos escenarios que se pueden presentar a partir de los resultados electorales. Para construir estos escenarios se suele recurrir a elementos de análisis, como las encuestas y los predictores. El primer elemento, las encuestas, a partir de lo que hemos comentado en este espacio, suelen tener fallas y, las que cuentan con todos los elementos técnicos y anexos correspondientes (digamos, las de verdad), no hacen públicos sus resultados. Más difícil todavía, aquéllas que logran hacerse públicas en ocasiones sufren alteraciones de algún destacado internauta que, según su convicción, las altera parcialmente. Por supuesto, que las hay, entre las que se hacen públicas, de encuestadoras serias y que son de reconocido prestigio.
Estamos viviendo una revolución tecnológica que permite hacer cosas inimaginables hace algunos años. Existe un gran volumen de información al que nos enfrentamos cotidianamente. Para un ciudadano mortal, común y corriente pues, es difícil tener al alcance elementos para evaluar a las empresas encuestadoras, especialmente cuando sus deficiencias resultan en una falla ética recurrente porque no manifiestan para quién trabajan, quién las contrató y generan una enorme confusión. De hecho, considero que el INE debería ampliar su aún limitada observación de encuestas para dar cabida a muchas más empresas y facilitar, a quien quiera consultar los pronósticos, elementos para saber qué se puede esperar. Por el momento, tendremos que acercarnos a estos instrumentos de medición, tomando el promedio de las publicaciones que se consideren más serias.
Es cierto que cada día tenemos encuestas de mayor calidad, accesibles a más público, económicas, que son eficaces y que rompen con ese elitismo de que sólo quienes tienen dinero (como los partidos políticos y/o los candidatos o medios de comunicación) pueden pagar encuestas cara a cara. Entonces aquí consideraré el promedio de lo publicado.
Otro de los elementos recurrentes en la teoría de escenarios son los predictores, elementos sociales, económicos y políticos que evalúan el desempeño de los actores políticos que está en la contienda y que impactarán seguramente a las/os electoras/es. De estos predictores necesariamente hay que hacer referencia a la caída de la economía que, cualquiera que se considere la causa, está ocasionando que las familias experimenten una dificultad cada vez mayor y la recuperación es muy incierta. También destaca la COVID que ha dejado muertes y enfermas/os en los hogares. En este renglón, además, se desconocen muchos datos de los problemas asociados a los cuidados, al tratamiento adecuado de quienes sobrevivieron a la enfermedad y de las condiciones de vida de los deudos de quienes fallecieron, situación que implica, sin duda, una grave incertidumbre. La inseguridad pública es una amenaza constantemente en muchos lados.
Otros elementos son la mala campaña con la que iniciaron el PRI, PAN y PRD, que no salieron a tiempo de la caída del 2018 y seguían haciendo campaña como antes de la tecnología de comunicación. Morena por sus procesos internos no arrancó bien y además tarde, no sabíamos quiénes son sus candidatas/os al momento del registro oficial y ni las/os candidatas/os entraron a tiempo a la contienda. Como sea, la campaña se desarrolla en dos vertientes, por un lado, Morena como partido gobernante donde propiamente somete a referéndum los logros del gobierno federal y, por la otra, desde lo local a lo federal los cuestionamientos al gobierno impulsados por la oposición.
Para mí es un hecho curioso que los dirigentes partidistas de oposición no atacaran directo a AMLO, como pareciera una campaña lógica y redituable, se refieren a Morena. Mientras que el Presidente sí entra como actor directo para defender a su gobierno. Aún así, en este contexto complicado, la alianza opositora ha ganado terreno y si las primeras encuestas dibujaban casi un día de campo para Morena, en las más recientes la competencia se cierra día con día. La contienda avanza en el sentido de hacer valer más el peso local, es decir, qué tanto se sienten las/os electoras/es respecto al trato recibido por las/os presidentas/es municipales, si es que son bien apreciados y con trabajo de respaldo para presentarse a la reelección o, si por el contrario, enfrentan una serie de rechazos porque las/os ciudadanas/os evalúan que no han sido buenos alcaldes o alcaldesas.
Así en un primer escenario, se presentaría una situación complicada para los proyectos de Morena porque no lograría la mayoría absoluta (50% + 1) en la cámara local y regresaríamos al esquema de minorías de diferentes tamaños y ayuntamientos poli cromáticos en sus orígenes. Un segundo escenario, sería seguir como vamos, sin cambios en los Legislativos federal o local, pero sí con gobiernos municipales de mayor presencia de la oposición. Un tercer escenario podría ser que Morena refrende lo que hoy gobierna y obtenga, nuevamente, la mayoría calificada en el congreso federal.
En conclusión, cualquiera que sea el caso hay que salir a definir la elección cuyo resultado se mantiene en el aire. Cualquiera puede ganar, un llamado para todas/os es que conservemos la calma, rechacemos la violencia, respetemos el resultado. La sociedad civil aún tiene mucho por hacer en defensa el INE y en la exigencia de imparcialidad del tribunal electoral. Cualquiera que sea su caso, salga a votar. Como lo escribí la semana pasada, ya sea que apoye a un partido o a otro, si está contento con lo que tenemos salga y manifiéstelo en la urna y si no está feliz con lo que tiene, también dígalo en la urna. Como dijo León Tolstoi: “…todos quieren cambiar el mundo, pero nadie está dispuesto a cambiarse a sí mismo”. Ésta es la oportunidad de cambiar. No sólo acuda a votar invite a otras/os a que también lo hagan y luego, todas/os juntas/os, exijamos rendición de cuentas a los gobiernos constituidos.
*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM. Y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.
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