En la víspera de las campañas electorales por la renovación de la gubernatura mexiquense, cabe recordar que los últimos dos esfuerzos proselitistas de los gobernadores del Estado de México se concentraron en realizar compromisos con un sostenido incumplimiento, lo cual se refleja en el descontento social que podría acentuarse entre los votantes en los tiempos por delante.
En 2005, el hoy presidente de México, Enrique Peña Nieto comprometió 608 compromisos, de los cuales alrededor de 50 no pudieron acreditarse de forma consistente. Las consecuencias fueron adversas, luego de que durante su campaña presidencial en spots de contraste, la campaña panista hizo notar que el peñismo no cumplía, y derivó en una baja en las preferencias electorales dentro de las encuestas que se acumulaban en los distintos equipos de campaña.
En el equipo eruvielista, durante la campaña electoral de 2011, se asumieron alrededor de 6 mil compromisos de campaña estatales, regionales y municipales, sin que hasta la fecha se hayan completado dichos proyectos. A poco más de siete meses de que concluya su mandato, en el gabinete de Eruviel Ávila se reconoce que será imposible, inviable e indefendible el cumplimiento de los compromisos de una campaña que prometía grandeza para la entidad.
En muchos casos, los compromisos de campaña serán incumplidos por la falta de suficiencia presupuestal para su consolidación; en muchos otros simplemente a la carencia de voluntad política; o bien, por la irresponsabilidad de construir promesas que se desvanecieron en tiempo, espacio y forma.
Por ejemplo, aunque Eruviel Ávila prometió la creación de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, dicha promesa se cumplió en el primer tercio de su mandato, pero tras el ascenso al poder presidencial de Enrique Peña, se determinó la desaparición de la nueva dependencia para seguir la estrategia policial instrumentada por el gobierno peñista a nivel federal.
Aunque una de las principales promesas de Eruviel Ávila era la eliminación de la tenencia vehicular, dicho impuesto sólo ha sido subsidiado durante los últimos seis años para los automóviles con un valor factura menor a 350 mil pesos. En caso de que el próximo gobernador decida suprimir el subsidio, los contribuyentes mexiquenses deberán pagar la tenencia de sus vehículos.
A doce años de la elección de Enrique Peña, uno de sus principales proyectos fue la creación del Instituto Mexiquense del Emprendedor, que encabezó en su momento Alfredo del Mazo Maza, hoy convertido en una institución más del aparato burocrático de la administración mexiquense.
Al final, el artilugio de promesas de campaña firmadas ante notario público parece un modelo agotado, y hasta hoy insuficiente para garantizar el cumplimiento de los compromisos. Hay decenas de obras de infraestructura que quedarán en proceso o simplemente pospuestas, a pesar de haber formado parte de un plan de gobierno que se encuentra en la recta final de su gestión.
Otras tantas promesas insatisfechas tampoco han resuelto las brechas de desigualdad, pobreza y marginación que padecen millones de familias mexiquenses. Hoy, están de regreso los tiempos electorales y las promesas resurgirán de los distintos partidos y candidatos, con un firme propósito: reconquistar la confianza ciudadana, y en consecuencia el voto en las urnas.
