Toluca, Edomex. 10 de enero de 2019.- Del Mazo ha logrado adaptarse a los nuevos tiempos. Convive con naturalidad con la oleada morenista. Por la mañana se reúne con Claudia Sheinbaum para acordar una agenda metropolitana; por la noche acuerda con Pemex una estrategia para combatir el desabasto de gasolinas. Ha entendido su papel opositor desde la colaboración. No es un detractor pero tampoco complaciente. Las formas políticas exigen mesura. Alfredo asume que el control político, económico y social está en la acera de enfrenta. Trata de conciliarse.
López Obrador comenzará a asentarse en el Estado de México. Aquí busca cautivar a sus afectos y sus clientelas. Hoy se presenta en Tlalnepantla, donde arrancará el programa destinado a jóvenes que ni estudian ni trabajan. El gobierno federal les pagará una beca mensual durante un año, para capacitarlos en distintas empresas. El domingo, Andrés Manuel regresará al estado, ahora a Chalco, para poner en marcha el programa de apoyos para adultos mayores. En el corazón del Grupo Atlacomulco, el tabasqueño se regodea en la herida de la derrota priísta.
Alfredo y Andrés Manuel convivirán por largo tiempo. Los tiempos electorales les anticipan tres años de buena relación. En los comicios intermedios vendrá la confrontación y la ruptura. En cinco años deberán afrontar la sucesión de la gubernatura; con los agravios de uno y otro lado. Por ahora, a ambos les conviene mantener la cordialidad y la civilidad.
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La agenda pública no puede distraerse más tiempo en la escasez de gasolina para el Valle de Toluca. Los nuevos ayuntamientos, que hoy cumplirán diez días en funciones, enfrentan desafíos de mediano y largo plazo que no pueden detenerse en un asunto coyuntural. La mayoría morenista debe asumir de inmediato la agenda lopezobradorista, y en la víspera de aprobar su presupuesto en el mes de febrero, atender temas como reducción salarial, contención del gasto corriente y combate a la corrupción.
A la Legislatura Estatal le espera un periodo de sesiones apremiante. Es urgente resolver dos prioridades: la nueva Ley del Issemym, luego de abrogar la reforma legal aprobada en agosto; y por otra parte, la reestructuración de la deuda pública estatal. La bancada morenista, y su mayoría abrumadora, deberá resolver los asuntos que presentó y están en reserva: la cancelación de privilegios para exgobernadores y la eliminación del fuero a nivel estatal. Hasta ahora sorprende la omisión de los legisladores al desabasto de combustibles, incluidos los priístas.
En el gabinete delmacista todos se frotan las manos con los ansiados cambios, que incluya a los peñistas que se quedaron sin chamba en diciembre. Los ajustes al gabinete deben ser tema secundario. Del Mazo debe sacudirse a los fantasmas que pretenden desestabilizar su mandato. El fuego amigo es el principal obstáculo de su gestión. Los compromisos políticos ya pueden darse por cumplidos. El gobernador debe pensar, sin pausas, en cumplir sus ejes de gobierno: abatir la inseguridad, la pobreza y la corrupción; y crear un millón de empleos.
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