Toluca, Edomex, 5 de diciembre de 2023.- Este martes, el priísta Alfredo Del Mazo cumple 48 años de edad. Desde que concluyó su gubernatura, su futuro personal y político se mantiene como una incógnita. Sin embargo, resulta impensable que a su edad ponga fin a su trayectoria en el ejercicio del poder. Hasta ahora, el delmacismo evalúa las condiciones de su regreso, particularmente para lidiar con sus malquerientes que paradójicamente se agudizan al interior del partido que lo llevó a la cumbre del Grupo Atlacomulco. 

Para muchos, es inaplazable la reaparición de Alfredo Del Mazo como futuro embajador de algún país europeo, y con ello, demostrar que fue artífice de la derrota priísta en la entrega de la gubernatura mexiquense; ven el efecto Fayad en la proximidad del ascenso delmacista y su salto al movimiento obradorista que tiene un dominio abrumador del escenario electoral de los últimos cinco años.

Para otros, también ven la posibilidad de que siga los pasos de Alejandro Murat, y de un momento a otro, pueda aparecer en el equipo de Claudia Sheinbaum, con quien tiene una muy buena relación política. El Estado de México vale más que una embajada, advierten con ironía, para soltar la especie de que Del Mazo se incorpore a la campaña morenista, y a partir de octubre de 2024 pudiera formar parte del gabinete del segundo piso de la 4T.

Lo cierto es que, tras la derrota electoral de junio pasado, Del Mazo insistió en que su herencia familiar y política, lo hacían sentirse orgulloso de su militancia. Hasta el momento, no ha presentado su renuncia partidista; y la dirigencia nacional priísta no ha movido un solo dedo para facilitar su expulsión del tricolor. Lo único evidente es que el grupo delmacista se mantiene en resistencia en la toma de decisiones del PRI estatal, donde buscará favorecer sus posiciones en las elecciones venideras y su gabinete evita enfundarse el chaleco verde por ambiciones personales que duran la efervescencia de una conferencia de medios.

A pesar del momento de crisis que enfrenta el priísmo a nivel nacional, Del Mazo podría concitar el contrapeso al grupo político de Alejandro Moreno que busca de hacerse del control absoluto del PRI, o lo que resta de él, en cuanto al ejercicio de las prerrogativas, el reparto de candidaturas y hasta las negociaciones políticas con el gobierno en turno. Alito está haciendo muy bien su tarea, sepultar al priísmo a cambio de impunidad; pero poco se sabe de cuál fue la moneda de cambio delmacista por su seguridad personal.

La militancia priísta se encuentra en la orfandad absoluta; por un lado, un exgobernador ha decidido emigrar al Verde porque su identidad partidista es con el dinero y los cargos públicos; otro más, se mantiene en el autoexilio político con una profunda defenestración personal; y Del Mazo se mantiene en la indefinición, alimentando a la especulación de quienes siempre se opusieron a su ascenso al poder. Sólo restan dos muy activos, pero que son también responsables de la crisis electoral vigente: César Camacho y Arturo Montiel, tan distantes en sus intereses, pero tienen en común su apego al poder.