El miércoles 17 de julio será relanzado el Programa Nacional de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia. Desde la Secretaría de Gobernación, se tiene contemplado que sea en el municipio de Ecatepec, donde se pongan en marcha –con la asistencia del gobernador Eruviel Ávila- acciones específicas del segundo programa más importante lanzado por Enrique Peña Nieto, sólo detrás de la muy cuestionada Cruzada contra el Hambre. El Estado de México es prioritario para combatir al crimen organizado.
En la nueva estrategia contra la delincuencia, se incluye la participación de nueve secretarias: Gobernación, Hacienda, Economía, Desarrollo Social, Salud, Educación, Trabajo, Comunicaciones y Desarrollo Agrario. Entre las 57 localidades identificadas como prioritarias en el programa, se ubican Ecatepec, Nezahualcóyotl y Toluca. Es ahí donde se concentra la incidencia delictiva como homicidios, asaltos, violaciones, secuestros y otros.
El Programa de Prevención de la Violencia permaneció en receso durante los últimos tres meses, resultado de los comicios desarrollados en 14 estados. Una vez superada la efervescencia electoral, el Gobierno de la República ha seleccionado al Estado de México como parte del esquema que pretende hacer frente a la delincuencia organizada. Lo cierto es que, el 2013 ha sido uno de los años más cruentos para la entidad, al menos en el primer semestre.
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Estamos a dos meses de que el gobierno de Eruviel Ávila cumpla dos años de gobierno. Han pasado ya 22 meses desde que Ávila asumió la gubernatura, y ha tenido que sortear diversas tribulaciones. Ensombrecido por la figura presidencial de su antecesor Enrique Peña, el principal reto para él, es vencer el rumor de que dejará el cargo por invitación al equipo peñista. Su bono político está en el Estado de México, y no en un gabinete plagado de mexiquenses.
La principal esperanza al ascenso al poder del originario de Ecatepec, era empoderar a la clase política del Valle de México, sin embargo, eso simplemente no ha ocurrido. Hasta ahora, los más beneficiados han sido ecatepenses. Ese es el reclamo de los políticos de Tlalnepantla, Coacalco, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli y alrededores. Es ahí donde se concentra el malestar, y no tanto en sus acciones u omisiones como gobernante. El punto de quiebre se llama “espacios de poder”.
Pero hasta ahora, quienes insisten en que Eruviel se va, es el Grupo Atlacomulco y los tolucos, aquellos que siempre fueron los mandos superiores, y que también se sienten desplazados de un territorio que consideraban suyo y eterno. Hoy, por fortuna para ellos, se han refugiado en la maquinaria burocrática de Los Pinos.
