Aunque en lo público Enrique Peña Nieto niegue sus aspiraciones presidenciales, su diseño electoral arrancó con los comicios del Estado de México de este 2011. En la promoción del voto que se realizó a favor de Eruviel Ávila, iba implícito el mensaje de que ganar la elección del pasado 3 de julio, abría la posibilidad amplísima de que el actual mandatario se convirtiera en candidato a la Presidencia de la República. Ese mensaje, sin duda, influyó fuertemente en el ánimo de los mexiquenses que votaron por el PRI.
La estructura electoral que impregna en el ambiente nacional es la famosa “Fuerza Mexiquense” que ideó Arturo Montiel desde la década de los noventa. El diseño estratégico surgió como respuesta a la derrota electoral que sufrió el PRI en 1988; pero que recuperó todos los espacios electorales en los comicios de 1994. Hoy, esa maquinaria le ha dado a Peña frutos redituables en la entidad, y en otras partes del país.
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En el PRI del Estado de México, Luis Videgaray Caso está próximo a retirarse del cargo. En su futuro inmediato ha anunciado su regreso a la Cámara de Diputados Federal, lo cual podría ocurrir a partir del próximo 1 de septiembre, cuando arranque el último periodo ordinario de sesiones de la actual Legislatura.
En el fondo, podría darse la renovación del priísmo mexiquense antes de que concluya el mandato de Enrique Peña Nieto. De darse el caso, el próximo presidente del PRI respondería a los intereses de Peña Nieto, que en su calidad de precandidato presidencial podría tener una amplia influencia en las candidaturas del año entrante que incluyen 125 ayuntamientos, 45 diputaciones locales y 40 federales. Además de 2 senadurías.
Los nombres más recurrentes para reemplazar a Luis Videgaray responden a distintos grupos políticos. Ahí están Héctor Velasco –hechura de Peña Nieto-; Carlos Iriarte, Arturo Osornio y Manuel Cadena –tres personajes cercanos a Arturo Montiel y por tanto con vínculos a Eruviel Ávila; y César Camacho –del grupo de Emilio Chuayffet-. El dilema es si la oportunidad es para el Valle de México o al Valle de Toluca. Los tolucos, que se sienten ampliamente desplazados reclaman desde ahora esa posición política.
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Los Chuchos mantendrán el control político del PRD de aquí y hasta diciembre. Pese al daño hecho al PRD en los últimos dos años, en que lo han perdido prácticamente todo, la dirigencia que encabeza Luis Sánchez Jiménez se aferra al cargo, y a la designación de candidaturas que podrían perfilarse hacia finales de este año, para lo que serán los comicios de 2012 en el Estado de México.
Lo mismo ocurre en el panismo. El grupo al que pertenece Ulises Ramírez no sólo mantiene el control mediante la mayoría del Consejo Estatal del PAN, sino además en la figura de Octavio Germán Olivares que ha resultado un títere de Ulises Ramírez, que por si fuera poco cuenta con el respaldo del dirigente nacional Gustavo Madero, con quien compartió la curul en el Senado de la República.
Sólo falta ver que para el 2012 no vengan las imposiciones del calderonismo, y que el fiasco de Bravo Mena les sirva de lección.
