Luis Miranda Nava organiza para este martes la celebración del Día del Abogado. En lo que antes era un acto desarrollado por la Procuraduría General de Justicia, desde el arribo de Miranda Nava a la Secretaría General de Gobierno, esta dependencia cooptó esa ceremonia anual, de la que han sido protagonistas tanto el propio Miranda Nava como su padre Luis Miranda Cardoso, antes magistrado del Tribunal Superior de Justicia, hoy enfundado como notario público. Mañana no será la excepción.
Lo cierto es que la relación entre Miranda Nava con el virtual gobernador electo Eruviel Ávila no es sólida. Hay rumores que señalan, que previo a la elección del candidato de unidad del PRI en marzo pasado, Miranda Nava conminó a Eruviel Ávila a declinar de sus aspiraciones. Fue ahí donde surgió la famosa frase de “sigo vivito y coleando”, con la que presionó el entonces alcalde de Ecatepec para hacerse de la candidatura. Y la entonces amistad entre Eruviel y Miranda quedó fracturada por la intransigencia de ambos.
El distanciamiento empezó antes. Cuando el proceso interno se había decantado a los “cinco fantásticos”, Luis Miranda trataba de ser un interlocutor entre el gobernador Enrique Peña Nieto y los aspirantes a sucederlo. Pero hubo un momento en que Eruviel Ávila dejó de contestar las llamadas telefónicas de Luis Miranda, pues para él ya desde entonces el único interlocutor válido era el mandatario estatal. En los corrillos de la clase política, se confirma que esa relación no es lo más sólida posible. El proceso de transición ya ha comenzado, y el declive del poder del actual gobierno es parte del ciclo de vida.
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Los abucheos que se llevó ayer el Presidente Felipe Calderón en la premiación de la Selección Mexicana Sub 17 pone de manifiesto la gran decepción del PAN al frente del Gobierno Federal. Los resultados electorales de los últimos tres años que han sido desastrosos son parte de un voto de castigo. El panorama es desalentador para el panismo en los comicios de 2012, pese a sus 7 precandidatos, su estructura gubernamental, sus recursos económicos y sus exitosas campañas negras en comicios.
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A nadie debe sorprender la intención de Humberto Moreira por hacer una alianza electoral con Elba Esther Gordillo. Ella es su mentora política, y será el propio Humberto el enclave para que la maestra regrese al partido de sus amores, del cual fue expulsada hace casi seis años por instrucción de Roberto Madrazo. En parte, la defenestración de Gordillo del PRI fue que ya cocinaba el nacimiento del PANAL, cuya franquicia controla de facto y de forma desde hace 15 días su hija Mónica Arriola.
A propósito de las alianzas del PRI con personajes políticos poco honorables, no hay que ir muy lejos, y se debe preguntarle a Eruviel Ávila sobre los respaldos de Rafael Acosta “Juanito”; René Arce y Víctor Hugo Círigo. Tres actores de la izquierda mexicana, de actitudes poco claras respecto de sus ideales, pero quienes prometieron en su conjunto cerca de 500 mil votos. ¿Será que por eso Eruviel llegó a la cifra histórica de los 3 millones de sufragios? ¿Es válido con el único propósito de acceder al poder?
