Hace seis años, la revista Proceso publicó para ser más exactos el 3 de julio de 2005 –día de la elección de gobernador- un reportaje que daba cuenta sobre la averiguación previa de la Procuraduría General de la República en contra del ex gobernador Arturo Montiel Rojas, y que involucraba entre otros a Miguel Sámano Peralta –hoy diputado local del PVEM- y al ex secretario de Desarrollo Económico Carlos Rello Lara.
La publicación no evitó el triunfo del entonces candidato a la gubernatura Enrique Peña Nieto, pero fue devastadora cuando la misma información fue retomada por Televisa en octubre de ese mismo año, que derivó en la defenestración de Montiel de sus aspiraciones presidenciales. El linchamiento mediático llegó a tal grado, que a seis años de distancia el ex mandatario mexiquense evita apariciones públicas, y sobre todo, se tiene prohibida generar la percepción de cercanía entre Peña Nieto y Arturo Montiel.
Ayer, a escasos veinte días de la elección de gobernador en la entidad, la revista Proceso publicó varios reportajes relacionados con Jorge Hank Rhon, donde destacan un par de artículos. Uno de ellos, que vinculan brigadas electorales de Hank Rhon en la operación política del candidato a la gubernatura mexiquense Eruviel Ávila Villegas, y otro más, que establece la red de complicidades de autoridades mexiquenses con el cártel del narcotráfico La Familia Michoacana, que ha propiciado en el mandato de Peña Nieto, una creciente influencia del crimen organizado en el territorio estatal.
El contenido informativo no alcanzará un impacto negativo para Eruviel Ávila en las elecciones del 3 de julio. La gran interrogante, si se considera que la historia es cíclica, es saber si esa información no es retomada en los próximos meses, y contribuye al desplome de la popularidad de Enrique Peña. La hipótesis podría fortalecerse, si se pondera que el PAN y Televisa han robustecido en las últimas semanas su alianza de poder, fáctico y político, y de cuyas componendas todo puede resultar posible.
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En la oficina de Luis Videgaray, el experto financiero de la campaña de Eruviel Ávila, se hacen sumas y restas. Los conocedores aseguran que son más restas que sumas, porque ya se rebasó el tope de gastos de campaña. Las cifras deben cuadrar, y aún faltan 15 días de proselitismo electoral. En la fiscalización se contabilizan los actos del candidato, y aquellos donde no asiste, por lo que se vuelve más complejo ajustar los gastos a la nada despreciable suma de 203 millones de pesos.
La misión no es cosa fácil, por lo que se sospecha que Videgaray Caso, presidente estatal del PRI y ex secretario de Finanzas de Peña Nieto, ya pidió ayuda a un colaborador cercano de Eruviel Ávila Villegas: su maquillista. Y es que ante el despliego económico del PRI que resulta a la vista de todos disparado respecto de sus competidores, sin duda habrá que “maquillar” las cifras de los gastos ejercidos que se deberán reportar ante el Instituto Electoral del Estado de México. La magia financiera ha comenzado.
Quien se cree el verdadero jefe de la campaña electoral de Eruviel Ávila Villegas, es Carlos Cadena, el coordinador de evaluación, quien se cree con el poder de calificar a todos y por todo. Por sus manos, cree tener la venia para opinar sobre los procesos de movilización del voto, difusión y propaganda, campaña con y sin candidato, sin tener conocimientos para ello. Es visto con malos ojos en todo el priísmo mexiquense, porque su función pareciera la de obstaculizar el trabajo de la estructura priísta. En el fondo, su carente experiencia política le ha dejado una gran enseñanza, a pesar de los años en este oficio siempre será reconocido como el hijo de Manuel Cadena, y de ahí no pasará.