La elección del Estado de México, todo parece indicar, se va a decidir en el Distrito Federal. Y es que el PRI parece coronarse en la incongruencia discursiva. Desde el año pasado, el gobernador Enrique Peña se opuso rotundamente a la asistencia de Marcelo Ebrard en territorio mexiquense. Dijo entonces que eran simples alborotadores, que venían y luego se iban, con una pretensión perversa de influir en las elecciones mexiquenses. Pero resulta que el priísmo mexiquense, ahora importó a perredistas capitalinos como operadores políticos de Eruviel Ávila en la entidad.
René Arce y Víctor Hugo Círigo, originarios de Iztapalapa, prometieron ayer 140 mil votos para la causa eruvielista. A esa cantidad de sufragios, habrá que sumar los cerca de 100 mil sufragios que en días pasados también puso sobre la mesa Rafael Acosta “Juanito”, el ex delegado de Iztapala por el Partido del Trabajo. De tal manera, que los alborotadores del Distrito Federal ahora están metidos hasta el tuétano de la estructura electoral del PRI, que ya se frota las manos por dar la pelea en la elección de 2012 en la capital del país. Allí está el interés de Enrique Peña Nieto.
La gran incógnita que se hacen los mexiquenses, es saber si Víctor Hugo Cirigo propondrá en caso del triunfo de Eruviel Ávila, la legalización de la marihuana como antes ya lo hizo en el Distrito Federal. Y si el originario de San Pedro Xalostoc aceptará esa iniciativa, pese a su cercanía con la Iglesia Católica, y en particular con el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda. Y es que, en su momento Cirigo aceptó haber consumido marihuana, por lo que las voces le dicen a Eruviel, que quien con lobos se junta a aullar se enseña. Hasta elefantes rosas querrán votar por él.
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La radiografía hecha ayer por Denise Dresser sobre el clientelismo electoral que ejerce Eruviel Ávila lo desnuda, lo muestra tal cual es, pese a ser vidriero de oficio y doctor en derecho. La politóloga muestra que Eruviel Ávila tiene esa piel de dinosaurio que caracteriza al priísmo, la que premia la promoción electoral, la que coopta los votos, la que ejerce el poder para manipular las conciencias, y controlar para su beneficio la movilización democrática. Eruviel ha sido víctima de sus propios errores, de sus propios dichos, y de una carente o precariar asesoría discursiva.
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Han pasado los primeros 15 días de la campaña electoral, y parece que el PRI sigue con una ventaja cómoda. A pesar de los esfuerzos de Alejandro Encinas, y lo deslucido del proselitismo de Luis Felipe Bravo Mena, el abanderado priísta Eruviel Ávila va adelante. Ya sea por el ofrecimiento de autos, de cargos públicos, de preferencia, o de conformismo, pero parece que sólo un escándalo del estilo Bejarano podría derribar del primer lugar al ex edil de Ecatepec.
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Hoy Eruviel Ávila visita Acambay. Los ojos estarán atentos a la figura verde, del diputado Miguel Sámano –ex secretario particular del ex mandatario Arturo Montiel-, quien ha pasado un sexenio en el exilio pese a que se le consideraba un cercano e incondicional de Enrique Peña Nieto. Lo cierto es que Sámano ve en Eruviel la posibilidad de regresar a las grandes ligas, como lo avizora casi todo el montielismo, cuyos vientos soplan desde Manuel Cadena en Texcoco.
