Tal parece que la falla mecánica en el avión que trasladaba a Peña Nieto a Tabasco simplemente no ocurrió. En realidad, el escenario electoral es adverso para el PRI y su candidato Jesús Alí de la Torre rumbo a la gubernatura tabasqueña. Los excesos de los gobiernos priístas, la influencia de los cacicazgos de Roberto Madrazo y los hermanos Neme Sastré tienen en la lona al tricolor. Lo que evitó Peña Nieto y su grupo de asesores fue asumir el costo político de una derrota anunciada.
En contra parte, Andrés Manuel López Obrador ha cerrado fuerte. La tierra natal del perredista, podría capitalizar un triunfo en Tabasco para la causa de Arturo Núñez. En esa misma circunstancia se encuentra Graco Ramírez en Morelos, con lo que arrebataría esa gubernatura históricamente en poder del panismo desde el año 2000. Otra gran apuesta del PRD es Chiapas, donde también habrá elección de gobernador. El lopezobradorismo, como el Melate, ya se vio.
Por su parte, el PRI trae consigo la confianza de ratificar la gubernatura de Yucatán. Su gran apuesta es Jalisco, donde Aristóteles Sandoval es el delfín político de Peña Nieto, y para muchos su clon político, que está a un palmo de ganarle el bastión al PAN que dominaba desde 1994. Luego de tres sexenios, el panismo deberá entregar el mando, y su única posibilidad es retener la gubernatura de Guanajuato, donde el Yunque tiene una amplia hegemonía.
Otro estado que parece un enclave político fundamental es Veracruz, con el cuarto padrón electoral más numeroso del país. A pesar del despilfarro del gobierno de Javier Duarte y la operación política de Jorge Carballo, ha sido insuficiente para frenar el avance de la izquierda. Nadie pierda de vista Veracruz –con la maniobra de Dante Delgado-; y Jalisco –con la candidatura de Enrique Alfaro- como los estados que le darán el registro al partido Movimiento Ciudadano.
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A partir de este jueves ha comenzado la veda electoral. Los partidos políticos y los candidatos han comenzado a afinar la estrategia de movilización de votantes. Y en su contraparte, también ya han diseñado acciones de caza mapaches, para evitar que el oponente emprenda tareas de cooptación y compra de votos. El costal de mañas que desplegarán el fin de semana los políticos es inconmensurable, cada vez más sofisticado, todos se acusan entre ellos, pero las aplican con precisión.
Lo malo es que todos los partidos, sin distingo, tienen su catalogo de mapacherías para hacerse del mayor número de votos posible. Lo peor es que la autoridad electoral esté completamente desplazada de las marrullerías. Lo lamentable es que quienes hoy prometen acabar con la pobreza, lucran con esos grados de marginación para conseguir sus objetivos: los votos de los ciudadanos.