OFF THE RECORD 31-12-2025

Toluca, Edomex; 31 de diciembre de 2025.- Se acabó el 2025. Un momento para hacer un alto en el camino; y realizar un balance de las cosas positivas y negativas del año. No sólo en el ámbito personal y familiar. También es el espacio oportuno para rememorar lo que ha dejado políticamente. Un año de claroscuros que ha cimbrado estructuras e instituciones, en ocasiones de forma deliberada, y otras de manera más accidentada. El control de daños no siempre ha sido el mejor ni el más oportuno. Una curva de aprendizaje que parece interminable, principalmente para los alcaldes en funciones.

El Poder Judicial tuvo un clivaje estructural. Su presidencia fue electa en las urnas, y no por designación de las élites judiciales. Aunque queda la sensación de que ha permeado la incidencia de un Poder Ejecutivo; antes mediante el consenso de las élites, ahora por los acordeones que apilaron votos en las urnas. Héctor Macedo salió como el gran triunfador en la elección; pero Fernando Díaz en las componendas. El primero tiene el control político; el segundo el control financiero. La relación institucional es compartida con los demás poderes.

Es inevitable pasar revista a lo ocurrido en la UAEMex. Para el olvido, el intento fallido de imposición de Carlos Barrera Díaz a favor de su candidata Eréndira Fierro. En la memoria institucional quedará la elección inédita en la que participaron Patricia Zarza, Laura Benhumea, Maricruz Moreno, María José Bernáldez y María Dolores Durán. En la memoria colectiva, el espíritu revolucionario del Enjambre Estudiantil Unificado. Sin la voz y el alma de los estudiantes, la primavera uaemita no hubiera sido posible. La UAEMex enfrenta una oportunidad única para transformarse o administrar la inercia.

La Comisión de Derechos Humanos se sacudió el reparto político. Luego de cuatro años de ostracismo con Myrna García Morón, se abre una etapa que parece apostarle por un perfil institucional. Víctor Leopoldo Delgado ha establecido altas expectativas por su formación académica y trayectoria profesional. Lo cierto es que, hasta ahora, sólo es una ventana de esperanza, que deberá traducirse en ejercer autonomía, proteger los derechos humanos y favorecer a los grupos vulnerables. No basta con un buen álbum de fotografías, sino se traduce en acciones afirmativas a favor de las minorías.

El Plan Integral de la Zona Oriente es un buen programa para los olvidados. Pero el Estado de México implica la atención de otros 115 municipios. Los tres niveles de gobierno deben tener una agenda más amplia, porque no basta tampoco con programas sociales. Esos que funcionan para ganar elecciones y que atienden a quienes menos tienen. Pero hay regiones y sectores sociales que requieren otras políticas públicas, otras tareas de inclusión social y de un alcance de largo plazo. Ahí están las clases medias; y ahí está el norte y el sur del Edomex.

Adiós al Infoem. Quizá nadie lo extrañará, más allá de la burocracia que ahí laboraba. Poco hacía por obligar a las instituciones públicas en ser más transparentes en el ejercicio del poder. Lo cierto es que, pensar que los órganos internos de control van a poner a salvo la transparencia y el acceso a la información pública, resulta ingenuo por decirlo de forma elegante. Los gobiernos y los políticos, sin distingos partidistas, apuestan por la opacidad, la discrecionalidad y la vaguedad cuando se trata de abrir su función pública. El oscurantismo podría convertirse en una política pública. Lamentable.