Toluca, Edomex; 30 de mayo de 2022.- Enrique Peña Nieto -según reveló ayer domingo el diario español El País- goza de un visado dorado para mantener su residencia en Madrid, por un periodo de dos años; el cual vencería en octubre de este año. Para entonces, el exgobernador mexiquense podría solicitar la nacionalidad española o renovar su permiso actual, lo cual le permitiría obtener un permiso de residencia por cinco años más, es decir, hasta el 2027.
La investigación periodística revela que, Enrique Peña habita en una zona lujosa propia de multimillonarios, a la cual difícilmente tendría acceso si su riqueza personal debiera explicarse únicamente con sus salarios en el gobierno, cuya trayectoria de servidor público se reduce desde 1993 hasta el 2018.
Más allá de su vida personal, se debe considerar que, en la tradición de los expresidentes mexicanos, al terminar el sexenio posterior inmediato a su mandato, les da por regresar a su país. En esa ecuación, Peña podría planear su retorno a finales de 2024, cuando haya finalizado el gobierno de López Obrador.
En la comentocracia nacional, mucho se insiste sobre un pacto de impunidad entre Enrique Peña y Andrés Manuel, lo que ha evitado proceder en contra del exmandatario por parte del gobierno morenista. Se advierte incluso en que, el priísta reconocería como inevitable un triunfo de Morena en las elecciones presidenciales 2024, a favor de la más avezada de la 4T: Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, el originario de Atlacomulco podría incidir en la supervivencia del PRI, el cual, encabezado por Alejandro Moreno está al borde del colapso.
La decisión más próxima para el peñismo, sería la inmediata renuncia de Alejandro Moreno, frente a la derrota electoral que se avizora para el 5 de junio. Y en adelante, hacer sentir su ascendencia en la elección más importante para su futuro personal y su grupo partidista: la gubernatura del Estado de México.
En los últimos meses, al menos seis aspirantes a suceder al priísta, Alfredo Del Mazo -definido como el gran elector-, han establecido sus propias estrategias para hacerse de la candidatura a la gubernatura mexiquense del año entrante.
Un puñado de precandidatos han insistido en que, es la decisión del mandatario en turno, la única que incide en el ungimiento del abanderado priísta, para con ello, desdeñar la opinión de los exgobernadores; y han mandado mensajes para insistir en que Peña no sólo está lejano, sino desinteresado en la sucesión.
Enrique Peña puede permanecer en España, si así lo desea, hasta octubre de 2027, pero nunca está de sobra, tener un lugar seguro y confortable para regresar a su país natal; y muy particularmente a la tierra de donde emergió su grupo político, y cuyas bases lo encumbraron hasta Palacio Nacional.
El Estado de México es más que una simple elección. Y para las élites políticas, la decisión más trascendente no es el día de los comicios, sino la designación del candidato; ahí es donde influyen los poderes formales y fácticos.
Y es ahí, donde algunos consideran que, Peña, podría retomar su vida política en el país.
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