Manuel Espino, ex presidente nacional del PAN, ha sido reclutado por el equipo de Enrique Peña Nieto. El antes acérrimo rival del priísmo, ha dado un viraje rotundo en su ideología política. El autor de “Señal de alerta”, en el que advertía que el PAN de Felipe Calderón se asemejaba al PRI, es desde ayer parte de los porristas de Peña Nieto en su camino a la Presidencia de la República. Hace un par de años, Espino fue expulsado del partido en el gobierno, y ayer fue presentado como el nuevo fichaje del panismo.
Espino, uno de los principales críticos de Felipe Calderón, ayer se alió con el partido contra el que combatió a lo largo de su vida política. No es el primero ni el último. El equipo de Enrique Peña ya presentó con anticipación a los ex perredistas Rosario Robles y René Arce. El mimetismo político parece deporte olímpico en temporadas electorales. A más de un mes la estrategia del priísmo es continuar cooptando almas perdidas, panistas y perredistas redimidos, y sumar más y más personalidades a su proyecto.
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La presencia de Manlio Fabio Beltrones ayer con los candidatos a diputados federales en el Estado de México, tuvo la verdadera intención de hacer frente a la guerra sucia, de enfrentar estratégicamente las manifestaciones anti Peña Nieto. También busca identificar posibles “focos rojos” donde los priístas no estén en condiciones de triunfar electoralmente, y donde PAN y PRD podrían recuperar sus bastiones electorales. Se trata de atender anticipadamente las amenazas de una derrota y entender sus causas.
La visita de Beltrones, y el llamado a “acompañar” a Enrique Peña Nieto, manda un mensaje al coordinador de la campaña presidencial en la entidad, el novato Raúl Domínguez Rex, que no ha salido bien librado de los procesos de selección de candidatos en el estado. El también dirigente estatal del PRI no tiene liderazgo sobre los candidatos, cosa contraria a lo que ocurre con Beltrones. Todos los candidatos a diputados del PRI, excepto los tres del PVEM, ven en Beltrones a su próximo coordinador parlamentario.
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La estrategia panista para recuperar electoralmente el Valle de México tiene en su ruta la judicialización de los comicios. Primero fue Roberto Compeán, candidato a alcalde de Teotihuacán. Ayer se filtró otra presunta indagatoria que involucra a David Sánchez Isidoro de Coacalco. Más allá de comprobar las culpabilidades de los abanderados priístas, el golpe está asestado en el corazón electoral de sus aspiraciones. El daño mediático ya es irreversible. La guerra apenas comienza en el terreno local.
Sin embargo, la lista aún no se termina. En el transcurso de las semanas, surgirán más nombres, más municipios, más involucramiento, mayor penetración y una inconmensurable infiltración del crimen organizado con la clase política del Estado. El PRI no hizo la tarea de revisar los expedientes de sus candidatos. La Familia, la Barbie y los Beltrán Leyva se asentaron con plena comodidad y operaron impunemente durante los últimos años en el territorio mexiquense.