OFF THE RECORD 29-12-2025

Toluca, Edomex; 29 de diciembre de 2025.- A tres días de concluir el año, el gobierno morenista que encabeza Delfina Gómez tiene claro un diagnóstico sobre la gobernabilidad en el Estado de México: la oposición política está muy disminuida territorial, electoral y mediáticamente. Su mayor desafío es mitigar los riesgos de ruptura entre los grupos internos que conforman su partido; además de afianzar sus alianzas electorales, partidistas y legislativas con el PVEM y el PT hacia el futuro de corto y mediano plazo.

Delfina Gómez ha entrado a la etapa más determinante de su mandato. El tercer año del sexenio, donde deberá consolidar el cambio de régimen político que se comprometió en su campaña. Tiene la mayoría necesaria en el Congreso del Estado de México, en caso de requerir reformas legales para avanzar en su modelo de gobierno. Y desde el Poder Judicial también tiene a los magistrados aliados que pudieran construir una relación de coordinación y hasta de complicidad política. En resumen: no tiene resistencias para lograrlo.

En el ámbito partidista, la oposición política está reducida. El PRI es quizá, el que mayores intentos realiza por denunciar o criticar las acciones del gobierno estatal. Sin embargo, su dirigencia local está más preocupada y ocupada para detener la huida de sus militantes, que un día renuncia y al otro día también. Un día amanecen en el PVEM; y al otro día, unos más se visten de morenistas.

Del PAN, poco se puede advertir como oposición. Apenas domina tres gobiernos municipales; y en el resto del estado se encuentra desdibujado. Su liderazgo moral no cuestiona ni rechaza a la gobernadora. Se denota una componenda política por delante. Y en el PRD, su mayor interés, por ahora, es construir las estructuras electorales que le garanticen conservar su registro para el 2027.

Morena, por su parte, como partido en el gobierno, ya también analiza la conveniencia de mantener sus alianzas electorales con PVEM y PT. En un diagnóstico inicial, la apuesta será en mantener esa coalición política en la contienda por las diputaciones federales y locales. Ahí, donde se determinan las lealtades políticas, al menos, hasta el final del sexenio. A nivel municipal, podrían competir en solitario; con el riesgo de perder espacios en el camino.

Sin embargo, el mayor desafío para la gestión delfinista es concitar los intereses políticos entre las tribus morenistas. No es un asunto exclusivo de una sola persona o grupo. Lo cierto es que, desde ahora, se deberán contener las diferencias y las rupturas, antes de que se exhiban y profundicen en varios ayuntamientos, e incluso, en la relación del gabinete estatal.