Ayer fue día de la madre, y en época electoral, fue fecha idónea para lucrar con el sentimentalismo. Hubo candidatos que hicieron un reparto masivo de rosas, casa por casa, para ganarse el voto del electorado. El reporte de fiscalización del IFE parece quedarse chato para corroborar cuántas rosas se enviaron, a qué lugares y cuál fue su costo. La rosa, iba acompañada por supuesto, de una tarjeta del candidato, y un logotipo del PRI, que buscó echarse a la bolsa al electorado femenino, el más numeroso de cara a la elección de julio próximo.
Pero eso no fue todo. Quienes son madres, enarbolaron el discurso de la enorme lucha social que representa ser mujer, madre, hija, política y ahora candidata. Muy pocas propuestas, y por el contrario, proliferaron los sentimentalismos de una fecha que tiene su lucro político. Del otro lado, políticos –hombres- que presumieron a sus mamás, o a sus esposas en su rol de madres. La ocasión fue propicia para todo tipo de subterfugios electorales. Las limosnas de un reconocimiento en tiempos de campaña, para después dejarlas en el olvido. Políticos que son.
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Al pueblo pan y circo. Ayer una refresquera ofreció un concierto con el ex beattle Paul McCartney en el zócalo capitalino. Marcelo Ebrard se apuntó estrellita en la fuente. Cifras oficiales calculan que más de 150 mil personas se dieron cita en el magno evento, que en tiempos de elecciones tienen su tufo de clientelismo. Marcelo y los suyos le han echado toda la carne al asador para retener la jefatura de gobierno en manos de Miguel Ángel Mancera, y ese tipo de actividades masivas, gratuitas y de entretenimiento, sin duda alguna ayudan al gobierno en turno.
Marcelo ya ve perdido el proyecto de López Obrador. Invitado a sus actos de campaña, el actual gobernante de la ciudad de México ha dicho que cuenten con él, sólo los domingos, y no todos. El carnal Marcelo ya se vio candidato presidencial en 2018, pero si deja que la desgracia arrastre a Andrés Manuel, será insuficiente cualquier esfuerzo, popularidad o trabajo de bases que emprenda Ebrard rumbo a los comicios del próximo sexenio. Por ello, en esa parcela, Ebrard tiene sembradas sus esperanzas de retener y por amplio margen el Distrito Federal.
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Martha Hilda González Calderón ha comenzado un trabajo de planeación electoral inconmensurable. Dice contar con un posicionamiento favorable, pero no se cree invencible. Sabe que los panistas han marcado la capital mexiquense como prioridad electoral. La principal amenaza de Martha Hilda no está en sus adversarios, sino en la serie de inconformidades que le heredó su antecesora María Elena Barrera ya dispuesta para el Senado de la República.
Mónica Fragoso, la candidata panista a la alcaldía de Toluca, desestima en demasía los recursos de impugnación a su postulación. Son patadas de ahogado, sin sustento, y a las que no piensa ceder. Fragoso, a pesar de ser diputada local, vino de atrás para sobreponerse a la adversidad y ganarle en la contienda interna a Marco Aguilar, el ex vocero de Juan Rodolfo Sánchez. Ya instalada como candidata, confía en que su partido, sus estructuras y su planilla, darán férrea pelea contra Martha Hilda. El PRI no es invencible confía la panista, y no hay derrotas eternas para el PAN.
