Todo apunta a que el debate del próximo domingo, sea el de menor audiencia registrado durante las últimas cuatro elecciones presidenciales. Contrario a lo ocurrido en las elecciones de 1994, 2000 y 2006 cuando se enlazaron en cadena nacional los canales 2 y 13, considerados los de mayor alcance y audiencia en el país, el debate del próximo domingo será excluido de ambas señales en un claro desafío de las televisoras por una legislación electoral que les lastimó severamente a sus finanzas desde el año 2007.
En el caso de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego mantiene su postura de trasmitir el partido de fútbol entre Morelia y Tigres correspondiente a los cuartos de final. Su apuesta es el rating, y ayer minimizó la andanada en su contra como “un grupito de tuiteros” que ha manifestado su repudio a la decisión de la televisora del Ajusco. Por su parte, Televisa tiene contemplado difundir el debate entre los candidatos presidenciales pero por el canal 5, mientras que en el 2 conservará su programación normal con los “Pequeños Gigantes”.
A pesar de los esfuerzos del IFE por organizar el debate en el horario de mayor audiencia en el país, para que se difundiera en domingo por la noche, su difusión quedará por demás limitada. Mientras que la Secretaría de Gobernación ha actuado de forma timorata, al supeditarse a las decisiones de las televisoras, aun cuando se trata de concesiones públicas que deben responder al interés nacional por encima de sus conveniencias empresariales. Los partidos políticos también han hecho extrañamientos muy tibios.
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Con motivo del día del trabajo, todos los candidatos presidenciales se subieron al “barco” en defensa de los derechos laborales. Se repartieron culpas mutuas de las circunstancias en qué transcurre el país en la materia. El desempleo, el outsorcing y una reforma laboral pendiente que nadie asume como responsabilidad. En todos los escenarios, PRI, PAN y PRD siguen viendo a los sindicatos, herramientas de clientelismo electoral para cooptar un mayor número de votos en los comicios de julio próximo. Esa es la triste historia.
Eruviel Ávila Villegas recibió ayer a líderes sindicales en casa Estado de México. El mandatario mexiquense presumió las cifras de empleo, y recibió felicitaciones de los dirigentes con motivo de su cumpleaños. Los dirigentes que conviven con el poder y disfrutan de los privilegios. Mientras los agremiados padecen del salario mínimo, los líderes sindicales gozan de las canonjías que les ofrece el ejercicio del poder. La defensa de los derechos laborales es una simple falacia que se queda en letra muerta.
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El PRI ya diseña la estrategia para obtener la mayoría legislativa en la Cámara de Diputados del Estado de México más allá de los votos. De nueva cuenta el priísmo le apuesta a la sobrerrepresentación de sus aliados electorales, PANAL y PVEM, para obtener el control cameral, como ha ocurrido en los dos últimos trienios. Del total de la votación obtenida ha otorgado 10 por ciento al PANAL y 8 por ciento al PVEM, pero si el IEEM concede ese porcentaje a partir de la votación total, y no de los sufragios del PRI, la estrategia habrá surtido efecto de nueva cuenta. A la oposición la quieren volver a “chamaquear”.
