Toluca, Edomex; 28 de
julio de 2025.- En los últimos días, se organizaron seis eventos para celebrar 50
años de trayectoria política de Higinio Martínez. No solo fueron actos para
rendirle culto a la personalidad de quien se erige como uno de los principales liderazgos
de la izquierda mexiquense, sino para saber, quienes aún le guardan lealtad. A
la distancia, es innegable que muchos de los políticos que él impulsó, ahora
reniegan de él y se han adherido a nuevos grupos dentro del morenismo. Las
coyunturas electorales también marcan presente y futuro.
Ahora, su principal
operadora política es Mariela Gutiérrez, senadora y exalcaldesa de Tecámac. Sus
más leales son el alcalde de Texcoco, Nazario Gutiérrez; la presidenta
municipal de La Paz, Martha Guerrero; y la senadora Sandra Falcón. Su mayor
capital político lo tiene en Ecatepec con Azucena Cisneros; su alfil en los
entresijos de la clase gobernante es Maurilio Hernández. Sus malquerientes han
tratado de denostar los actos públicos de los últimos días, pretendiendo calificarlo
como un acto de indisciplina al gobierno en turno.
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En 2027, será la última
ocasión en que los presidentes municipales tendrán oportunidad de reelegirse.
No será una condición sencilla, pues está previsto que las alianzas electorales
de los últimos años van a reconfigurarse. Nadie quiere hacer coalición con el
priísmo de Alito Moreno. Mientras que Morena, también evalúa participar en
solitario para no regalarle tantos espacios políticos a sus aliados electorales.
Buscar la elección consecutiva también implica asumir el desgaste del ejercicio
del poder, y la posibilidad de perder en las urnas.
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Para ir armando el
rompecabezas del posible gabinete de Patricia Zarza Delgado, se enumeran dos
piezas que le han acompañado durante los últimos cuatro años: Francisco
Herrera, director de Seguimiento y Evaluación de Estudios Avanzados; además de Sandra
Galván Mares jefa de departamento de Especialidades. Y ahora se suma, José
Guadalupe Miranda Hernández, director del Centro Universitario Valle de México
en Atizapán de Zaragoza.
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La comunidad universitaria,
que hoy reniega y denuesta al Enjambre Estudiantil, fue parte de una elección
inédita por la rectoría de la UAEMex. Sin el empuje que han mostrado los
estudiantes durante los últimos cuatro meses, hubiera sido irreversible la
intentona de imposición que pretendía el exrector Carlos Barrera Díaz. El
modelo democrático sobre el que avanzó la Universidad es perfectible, pero nada
de eso hubiera sido posible sin el paro estudiantil. Para las causas del
alumnado, asumir que el único logro se reduzca a un proceso electivo, sería
renunciar a lo esencial: la calidad de su formación educativa.
