De las victorias todos se cuelgan medallas. Pero bien dicen que las derrotas siempre son huérfanas, y en medio del colapso estructural que sufre el priísmo tras su proceso interno, la dirigencia estatal ha comenzado a repartir las culpas de su desgracia. El rostro más visible es el de Raúl Domínguez Rex como presidente estatal del partido. Los resultados electorales que surjan de la elección de julio recaerán sobre sus espaldas. A su condición de dirigente, se suma su cargo como coordinador de campaña de Enrique Peña en el estado más poblado del país.
Nadie quite la mirada de Enrique Mendoza Velázquez, el ex secretario de organización del PRI, actual candidato a diputado local, sobre quien buscarán también repartir culpas. No es gratuito que a una semana de que salió de la secretaría de Desarrollo Económico, hasta la fecha Adrián Fuentes Villalobos no ha tomado formalmente protesta como relevo de Mendoza. Mientras tanto los tiempos electorales avanzan, y no hay quien apague los fuegos del priísmo estatal.
Suena con insistencia la posibilidad de que en sustitución de Martha Hilda González Calderón, y en calidad de secretario interino del partido, se designe a Jorge Fuentes, ex regidor de Toluca muy vinculado a Gustavo Cárdenas Monroy, actual delegado del PRI en el Distrito Federal. Fuentes haría las funciones de secretario general ante la licencia temporal de Martha Hilda, candidata a la alcaldía de Toluca, quien sólo pidió licencia temporal para regresar a su encargo en julio.
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En Tenango del Valle, el candidato Víctor Aguilar está metido en serio problema. Ante la imposibilidad de llevar a cabo su convención de delegados en el municipio, trasladó a sus allegados y a la planilla municipal a un conocido hotel de la capital mexiquense. A puerta cerrada, y previo retiro de teléfonos celulares a los asistentes, realizó una soterrada elección para ser ungido como el abanderado del priísmo por Tenango del Valle. En busca de la legitimidad, mandó publicar una foto “borrosa” de la convención sin dar detalles de dónde se efectuó dicho acto.
El asunto podría tomar consecuencias mayúsculas. En el caso de que la militancia impugne la candidatura de Víctor Aguilar, no ante el PRI sino en los tribunales electorales, la elección podría declararse inválida al llevar a cabo la convención fuera del territorio municipal. Esa situación contraviene de entrada la convocatoria partidista, y daría la razón a quien busque inconformarse con la convención de delegados, y para demostrarlo bastarían testimoniales de los asistentes a la misma. El priísmo de Tenango del Valle tiene frente a sí una gravísima amenaza de impugnación.
Para quien piense que la actitud rijosa del priísmo tiene consecuencias negativas se equivoca. Apenas la semana pasada, priístas del municipio de Otzolotepec, organizaron una conferencia de medios para denunciar la imposición de Ana María Patoni, hermana del ex Alcalde de Otzolotepec, Miguel Patoni, como candidata a la alcaldía. La amenaza de ruptura hizo eco en la cúpula del tricolor y determinaron desclavar a quien ya se asumía como la abanderada oficial. En la víspera se dio paso a la inscripción de César Molina quien fungía como secretario del Ayuntamiento.