Toluca, Edomex. 27 de febrero de 2015.- La clase política priísta primero sufrió un desplazamiento por parte de la tecnocracia, que experimentó su ascenso al poder en los últimos treinta años. Ahora, parece que los políticos de siempre están siendo reemplazados por los liderazgos sindicales y la popularidad de deportistas, que se encumbrarán como eventuales candidatos en los comicios de junio. Tal parece que el priísmo mexiquense está más preocupado por ganar elecciones que por formar cuadros capaces de gobernar o legislar. Lo cierto es que esas mismas candidaturas ponen en riesgo sus escenarios de triunfo.
En la definición de candidaturas, el PRI apostará por la ciclista Belem Guerrero para recuperar la alcaldía de Nezahualcóyotl, hoy convertido en bastión perredista. Actualmente Belem se desempeña como secretaria del deporte en el comité del priísmo mexiquense. Otra apuesta por la popularidad deportiva apuntala a Tatiana Ortiz, quien hace tres años se convirtió en sexta regidora de Tlalnepantla, de cuyo cargo deberá separarse en las próximas horas. Tatiana estaría en condiciones de ser candidata a diputada local por Tlalnepantla, aunque eso no necesariamente signifique fortalecer la fórmula electoral del partido en el poder.
En medio del descrédito sindical, y la opacidad de su funcionamiento, al priísmo mexiquense también parece importarle muy poco. Al menos dos exlíderes sindicales se aprestan como candidatos a alcaldes de los municipios prioritarios: Toluca, la capital mexiquense, de la mano de Fernando Zamora y la causa del magisterio; y Naucalpan -la otrora joya de la corona-, donde la decisión parece haberse decantado a favor de David Parra, al amparo del sindicato de burócratas. A eso habría que sumar la candidatura de Omar Velázquez por el distrito 2 de Toluca. Y los políticos con trabajo de partido y trayectoria, bien, gracias.
Jaime Barrera Velázquez es uno de los hombres más cercanos a Eruviel Ávila, sin embargo, en más de tres años de ejercicio en el poder no ha encontrado el acomodo político necesario. Primero fue defenestrado de la secretaría del transporte; y apenas antier fue desplazado de la secretaria de organización del PRI mexiquense. Su lugar ya fue ocupado por Andrés Fernández, el operador electoral por antonomasia del montielismo. Andrés fue el cerebro político en las elecciones de Montiel en 1999, de Peña Nieto en 2005 y de Eruviel en 2011, quien ahora llega para intentar el rescate a la deriva que preside Carlos Iriarte.
Mientras en la oposición ya se conocen los nombres de sus candidatos a diputados federales plurinominales, en el PRI la lista sigue siendo un misterio. Los nombres son palomeados desde Los Pinos, turnados a César Camacho, para que éste solamente los haga oficiales. En lo que hace a la Quinta Circunscripción, que abarca el Estado de México, podrían perfilarse al menos dos subsecretarios de estado, del círculo más cercano a Peña Nieto. Anoche se dio a conocer la renuncia de Jorge Carlos Ramírez Marín a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para contender por una diputación plurinominal; su lugar será ocupado por Jesús Murillo Karam, quien dimitió a la Procuraduría General de la República. En ese caso, Arely Gómez, hasta ayer senadora del PRI, solicitó licencia para asumir la titularidad de la PGR.
A propósito de la legislatura federal, ayer solicitaron licencia a su encargo, los diputados perredistas Mariana Bautista Bravo -de Neza- y Ramón Montalvo Hernández -de Valle de Chalco-; además de los legisladores panistas Alfredo Rivadeneyra y Guadalupe Mondragón González. Los cuatro emprenderán la carrera política del “chapulín” para saltar de un cargo a otro. En el caso de Rivadeneyra no sería raro una diputación “pluri” en la legislatura local para no arriesgarse ni cansarse demasiado.
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