Toluca, Edomex; 25 de marzo de 2021.- El Valle de Toluca se perfila a protagonizar una alta competencia electoral. En el núcleo político del estado, se concita, además, los mayores impactos mediáticos en torno a los partidos y candidatos que pretenden gobernar los seis municipios de mayor trascendencia.
La capital mexiquense, más allá de la ventaja que pueda presumir Morena, tiene consigo a actores políticos con un amplio manejo mediático. Todo hace suponer que la contienda será entre el actual presidente municipal, Juan Rodolfo y el priísta Raymundo Martínez. De confirmarse, será la cuarta elección para Sánchez Gómez -en dos veces ganó 2006 y 2018; y una más perdió en 2015-. Raymundo ya fue diputado local por la capital, y su score marca uno-cero, a favor.
En Metepec, los pronósticos anticipan la batalla más cerrada del Valle de Toluca por los grupos de interés que ahí participan. De un lado, Gabriela Gamboa que apuesta a la elección consecutiva, con el apoyo absoluto de Higinio Martínez y Óscar González, lo que garantiza financiamiento y operación política, tanto en el andamiaje de Morena como la franquicia del PT. En la acera de enfrente, Fernando Flores, que ha convencido a sectores empresariales y la cúpula priísta, muestra confianza en convertirse en alcalde a partir de enero de 2022. Quien convenza a los panistas de votar por una expanista o por un candidato externo, puede ser la clave para inclinar la balanza electoral.
Para Morena hay dos municipios casi entregados por el desgaste del poder. Se trata de Zinacantepec, cuyo alcalde Gerardo Nava terminó en la cárcel acusado de tentativa de homicidio; y Almoloya de Juárez, en donde Luis Maya Doro se ha enemistado desde el principio hasta con los regidores de casa. La manera artesanal e improvisada de hacer gobierno, abre la puerta electoral para que sus opositores recuperen el terreno perdido. Una alternancia para el olvido, quizá.
En el PRI, las cosas no pintan muy diferente. Hace tres años, Jaime Cervantes y Julio César Serrano lograron la elección consecutiva en Lerma y San Mateo Atenco, respectivamente. A la distancia, Morena tiene ahí plena confianza que lo que puede perder en un extremo geográfico, lo puede recuperar en el otro. La razón es que el priísmo se ha decantado por los grupos de poder que han dominado los últimos nueve años, y los cacicazgos no son garantía de triunfo.
Xonacatlán y Ocoyoacac, con gobiernos en medio del escándalo durante el trienio que transcurre, son municipios que siempre se han caracterizado por una efervescencia electoral entre grupos de poder, donde no importa al partido que representen, se saben adaptar a cada circunstancia y elección, y ahí también brotará el interés público en las campañas que están por iniciar.
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