Toluca, Edomex. 25 de enero de 2016.- La crudeza de la criminalidad se ha apoderado de nueva cuenta del Estado de México. Policías asesinados, jóvenes acribillados, mujeres desaparecidas y un silencio que se esconde entre la negligencia y la complicidad. El arranque cruento de la entidad se asemeja en gran medida, al primer trimestre de 2014, cuando el Estado de México ocupó las primeras planas por la presencia insostenible de grupos criminales en las zonas urbanas de la entidad.
Hace un par de años, el gobernador Eruviel Ávila fue forzado a hacer ajustes en su gabinete. En aquella ocasión salieron por la puerta de atrás Efrén Rojas, Rocío Alonso y Miguel Ángel Contreras. En la misma circunstancia, con la violencia registrada hasta ahora, la renuncia debería ser automática para José Manzur, Eduardo Valiente Hernández y Alejandro Gómez Sánchez por la incapacidad de contener la violencia, razón por la cual supuestamente llegaron a reforzar el gabinete eruvielista.
El esquema de seguridad del Mando Único ha fracasado en el Estado de México. Pese a ello, por ser una instrucción presidencial, Eruviel Ávila pugnará porque dicho mecanismo se ratifique a la brevedad en los municipios involucrados. Sin embargo, eso no ha logrado una disminución en los índices delictivos ni ha garantizado que se haya eliminado la corrupción. Mucho menos ha significado una mayor coordinación. El programa es mucho más estructural. El crimen no sólo ha rebasado a las instituciones de seguridad sino que ha logrado inmiscuirse, infiltrarse y ser parte de ellas.
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Siguen los destapes en el PRI rumbo a la renovación de las gubernaturas. En Sinaloa, mucho se especulaba sobre el posible ungimiento de David López Gutiérrez -exjefe de prensa de Peña Nieto- para ser el candidato a gobernador. La suerte le benefició a un auténtico desconocido, diputado, de nombre Quirino Ordaz Coppel, quien en realidad es sólo el delfín político de David, quien impulsó la carrera política de este “caballo negro”, cuyo principal reto será recuperar Sinaloa para el priísmo que salió derrotado hace seis años en contra de la alianza opositora que encabezó Mario López Valdéz, apoyado por Manlio Fabio Beltrones.
Lo que no hay que perder de vista, es que cuando Malova parecía regresaba al redil priísta, el peñismo le cerró la posibilidad de imponer a su candidato. El delfín de Malova era Gerardo Vargas, actual secretario de gobierno. Malova ya desafío hace seis años al peñismo, y podría hacerlo de nuevo de empujar a Vargas como candidato independiente. De esa forma, la elección sinaloense sería un volado, en el que no habría definiciones claras.
David López -padre del alcalde de Metepec-, se jugó la elección hace seis años de la mano de Jesús Vizcarra, pero perdió frente a Mario López. A la distancia, parece que el enfrentamiento está por repetirse. Si bien, David logró convencer al peñismo de imponer a su candidato, ahora Quirino Ordaz pudiera tener en su contra el sistema, en poder de Malova. El reto de López Gutiérrez es demostrarle al presidente que no se equivocó. Si pierde el PRI la elección de junio, David sumará dos derrotas al hilo contra el actual gobernador.
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