El emplazamiento hecho por el gobernador Eruviel Ávila Villegas al procurador Alfredo Castillo Cervantes para que esclarezca la fuga del feminicida y multihomicida de las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia de Tlalnepantla es semejante a un últimatum para que resuelva el caso, o de lo contrario presente su renuncia al cargo. En la historia reciente, no se recuerda un regaño público tan enérgico para un integrante de los gabinetes de Arturo Montiel o Enrique Peña, pero tampoco se recuerda un funcionario tan timorato y con errores tan evidentes como los cometidos por Castillo Cervantes al frente de la institución ministerial.
Por dignidad, Alfredo Castillo debería tirar la toalla, y separarse del cargo como lo hizo su mentor político y antecesor Alberto Bazbaz, quien no soportó la presión pública y renunció ante la inverosímil historia de la niña Paulette Gebara. Los que saben, aseguran que la renuncia del procurador descansa en su escritorio desde hace algunas semanas, y esta es la gota que perfectamente ha derramado el vaso, pero su caída por ahora sería carne para los leones. Los pronósticos más favorables le vaticinan dos semanas más en la institución, tiempo en el cual Castillo podría recapturar a «El Coqueto», y de dimitir a un cargo que nunca le perteneció, porque simplemente llegó por error al gabinete de Enrique Peña, y la suerte le dio la ratificación en el incipiente mandato de Eruviel Ávila.
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Emilio Gamboa Patrón -ex secretario particular del presidente de Miguel de la Madrid-; y Manlio Fabio Beltrones Rivera -discípulo de Fernando Gutiérrez Barrios-, se perfilan a ser los próximos coordinadores de los Grupos Parlamentarios del PRI en la Cámara de Senadores y Diputados respectivamente. Gamboa encabeza el listado nacional de senadores plurinominales del priísmo; en tanto que Beltrones lidera la circunscripción uno en su camino en San Lázaro. En términos llanos se trata de un simple enroque, pues en 2006, Beltrones llegó a ser senador, y Gamboa diputado; ambos fueron ungidos como coordinadores parlamentarios en Ixtapan de la Sal, bajo el cobijo del entonces gobernador y hoy candidato presidencial Enrique Peña Nieto.
Pese a las especulaciones los mexiquenses Emilio Chuayffet y Francisco Rojas fueron excluidos del listado plurinominal rumbo a la Cámara Alta. La representación del Estado de México por la vía plurinominal estará a cargo del líder obrero Armando Neyra, quien ha sido cinco veces diputado federal desde la década de los setenta (1979, 1991, 1997, 2003 y 2009) y ahora llevará a su colección de cargos públicos su curul senatorial. En política, Neyra forma parte del famoso FBI -Fuerzas Básicas del Insen-, lo que deja de lado la renovación de los cuadros políticos del priísmo que recicla a otras figuras como Carlos Romero Deschamps -líder petrolero-; Gerardo Sánchez -líder de la CNC-; entre otros.
En el listado de diputados federales plurinominales, el todavía senador Manlio Fabio Beltrones impuso condiciones para acompañarse de sus más leales ahora desde San Lázaro. En la lista preliminar se mencionaba a los todavía senadores Francisco Labastida Ochoa y Fernando Castro Trenti; así como el alcalde de Acapulco Manuel Añorve. Entre las posiciones de Peña Nieto se distingue a María Elena Barrera Tapia -ex alcaldesa de Toluca- y al morelense Manuel Martínez Garrigós, quien se quedó con las ganas de ser candidato a gobernador de Morelos.
Las fuerzas del vivas del partido, demostraron de nueva cuenta que son más «vivas» que fuerzas e impusieron condiciones para convertir al Congreso Federal en el mejor departamento de reciclaje. También, el listado confirma que el círculo de respaldo y confianza en torno a Peña Nieto se limita al Estado de México, y algunos ex gobernadores de profunda cercanía como Hidalgo y Coahuila. El resto del país, juega en lo particular, y para las causas específicas de los mandatarios en turno. Las estructuras por tanto, parecen no estar tan cohesionadas como dicen.