Toluca, Edomex. 23 de noviembre de 2016.- El grupo político de Eruviel Ávila empuja con fuerza el proyecto personal del gobernador mexiquense, frente a su incapacidad de posicionar a uno de los suyos como aspirante a la candidatura priísta para suceder al originario de Ecatepec. El ungimiento del abanderado del partido en el poder se realizará desde Los Pinos, entre un puñado de precandidatos en donde no destaca nadie que se considere del grupo político eruvielista. En esa desazón, pretenden que Ávila se inserte en la terna de aspirantes priístas, pero por la candidatura presidencial de 2018.
Sin embargo, Eruviel enfrenta el peor momento político de la fama pública de los gobernadores priístas. La corrupción que caracteriza a los gobernadores salientes, es una coyuntura que pega a la aspiración de su futuro política. Javier Duarte, Humberto Moreira, Tomás Yarrington, Roberto Borge, Jorge Herrera y demás, son parte de una clase gobernante marcada por el despilfarro, el dudoso enriquecimiento personal y la quiebra financiera de sus estados. Ahí, Eruviel tendrá una lupa vigilante, cuando deje de ser gobernador en diez meses.
El grupo Ecatepec, deberá sostener una sucesión tersa, para garantizar por un lado la victoria del priísmo mexiquense; pero sobre todo, posibilitar su permanencia en los sitios de la toma de decisiones. Hace seis años, muchos advirtieron un desplazamiento hacia el grupo Atlacomulco, que hoy de repetirse su regreso al poder desde la gubernatura, podría poner con un pie afuera a la clase política empoderada durante el actual sexenio. Eruviel y los suyos, saben los agravios cometidos, y el riesgo en puerta del camino sucesorio.
Un factor clave para Eruviel es hacerse del control en el PRI mexiquense, que les permita sostener componendas de poder en la elección entrante. A partir de construir una articulación política con el próximo candidato a gobernador, el grupo político de Ecatepec, estará en condiciones de negociar un eventual gabinete de transición, siempre y cuando gane el priísmo.
Eruviel fue incapaz de construir un perfil personal de competir por la candidatura priísta, sin embargo, sí ejerció el poder con la capacidad de erigir a su propio grupo político. Ahí destaca Erasto Martínez, Ernesto Millán, Joaquín Castillo, Alfredo Torres, Indalecio Ríos y demás personajes empoderados durante el actual sexenio, parte de un círculo compacto que ascendió en la pirámide de la élite política. Ejerció un desplazamiento a la clase gobernante tradicional, para erigir una nueva clase política identificada con el proyecto de Eruviel Ávila.
Aunque Ávila no tendrá la capacidad de decidir al próximo candidato a gobernador, las voces más alentadoras de su grupo, advierten que sí tendrá derecho de veto. De confirmarse la especie, Eruviel tendría condiciones para incidir en una candidatura que diera cobijo a su grupo más cercano. Esa sería una gran ventaja para el proyecto político de Eruviel que se afianza en el 2018.
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