Toluca, Edomex; 23 de
mayo de 2025.- Un porcentaje muy reducido de los electores mexiquenses pueden
advertir la importancia de salir a votar el domingo 1° de junio, porque no
alcanzan a dimensionar que ahí se elegirá al presidente del Poder Judicial de
la entidad. Una figura que en los últimos tiempos se ha encumbrado en un
tributo a la personalidad. Un poder que se ha caracterizado por su opacidad,
por su oscurantismo y su complacencia con el poder político. Para rematar, las campañas
electorales han sido muy poco disruptivas para involucrar e interesar a los
votantes para ir a las urnas.
Bastaría traer a la
memoria las gestiones de Sergio Medina Peñaloza -particularmente su último
informe de labores- y de Ricardo Sodi Cuellar -y sus vínculos con las élites
del poder público-, para entender el porqué de una reforma judicial; y la
importancia de salir a votar para el primer domingo de junio. Es cierto, los
candidatos en esta elección judicial prometen sin distingo una justicia con
mayor celeridad y cercanía; aunque casi nadie resuelve los cómos para conseguir
su propósito. Para efectivos prácticos, los mexiquenses podrían ganar si el
próximo presidente del PJ renunciara a la frivolidad, a los excesos, a los
privilegios y a sus componendas con otros poderes.
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En gobierno hay una
premisa fundamental: las buenas prácticas se deben replicar. Eso se atribuye
cuando se trata de políticas públicas que hayan demostrado su eficiencia para
cambiar una realidad social. Y en las últimas horas, en una acción populista extendida,
media decena de municipios del Valle de Toluca tuvieron la gran idea de colocar
grandes pantallas de televisión en las principales plazas públicas para que sus
habitantes pudieran reunirse a ver la final de la Liga MX entre Toluca y América.
Y si la convocatoria no es tan favorable, movilizar sus propias estructuras
clientelares para hacerse sentir arropados. Si el IAPEM buscará premiar las prácticas
más populistas y extensamente copiadas entre los alcaldes mexiquenses, ya tendría
ganadores.
A propósito de la pasión
futbolera de las últimas semanas. La gobernadora Delfina Gómez no está obligada
a estar enterada de quién juega en esta final pambolera, ni de qué está en
disputa ni cuándo será el duelo por el campeonato. No es su chamba ni tampoco
su prioridad. Pero si alguien la va a forzar a hablar del tema para difundirlo
en redes sociales, valdría la pena ponerla en contexto, pasarle una tarjeta
informativa, y que no haya desatinos en su apoyo al equipo local. Van dos días
donde muestra su apoyo al cuadro escarlata, pero también se le ve extraviada y
termina por enredarse porque no se siente cómoda.
Todos se han subido al
barco del fútbol: dirigentes partidistas, funcionarios del gabinete, alcaldes y
diputados. Ojalá con esa misma voluntad política que hoy muestran en sus redes
sociales, promovieran y apoyaran el deporte desde sus ámbitos de
responsabilidad; pero como sólo deja votos cuando se trata del deporte televisado,
el deporte amateur les importa muy poco, casi nada.