Gustavo Parra Noriega pega de brincos tras el triunfo de Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN a la Presidencia de la República. Es el segundo triunfo en fila, en menos de un año, para los Bravo Boy´s, que aseguran que la elección presidencial de 2012 no tendrá parangón con la sufrida, dolorosa y vergonzosa derrota de su líder Luis Felipe Bravo el año pasado. Los panistas aseguran estar de vuelta, y para ello insisten en que el puntero Enrique Peña Nieto es un candidato muy vulnerable con mandíbula de cristal. O los panistas algo saben o pueden para mostrarse con un discurso tan alentador luego del triunfo de Vázquez Mota en las tierras mexiquenses, donde se ubica el padrón electoral más grande del país.
En contraparte, las huestes de Ulises Ramírez están mal y de malas. Perdió Ernesto Cordero y no hay tiempo para llorar la derrota. Tienen que sobreponerse de inmediato, pues en la proximidad están las elecciones de sus candidatos a diputados federales y senadores. Y en cosa de mes y medio vendrán definiciones para las alcaldías y diputaciones locales. Es momento de ver para adelante, a pesar de la borrasca que los sorprendió el domingo. Ni qué decir de los Durán, que se la jugaron hasta el final con Santiago Creel, que empezó en la delantera de la contienda panista, pero sin explicación razonable se desfondó para obtener apenas el 6 por ciento de los votos. La unidad del panismo no está a discusión luego del espaldarazo calderonista a la abanderada del PAN para retener Los Pinos.
Algo que no se puede soslayar es que la maquinaria calderonista funcionó por nota en los gobiernos emanados del PAN. Sonora, Baja California Sur y Puebla trabajaron a favor de la causa corderista, lo mismo que Nuevo León –que pese a ser priísta- contó con la operación política del alcalde de Monterrey Fernando Larrázabal, involucrado en el escándalo de los casinos, pero leal a la causa de los panistas. Si así como imprimieron el ejercicio de la coacción y la compra de votos entre los allegados de la elección interna, lo ejecutan para la elección constitucional del mes de julio, esos deben ser focos de alarma para los mejores “mapaches” que se puedan encontrar en el partido… perdón en la tienda de enfrente.
Quien da de brincos es El Yunque. Los gobernadores de Guanajuato, Jalisco y Morelos, Juan Manuel Oliva, Emilio González Márquez y Marco Antonio Adame Castillo le apostaron a la candidatura de Vázquez Mota, y en esos estados el triunfo de la ex secretaria de Educación fue contundente. El grupo de ultraderecha que opera en el oscurantismo demostró una vez más ser el poseedor del poder real entre los panistas, y su militancia, por encima incluso del primer panista del país, que fue incapaz de imponer a su delfín político como abanderado a la Presidencia de México.
A propósito de “mapacherías”, se estima que una elección pueda ganarse entre los 15 y 17 millones de votos. En el primer mes del año, el Presidente Felipe Calderón anunció la ampliación del programa de ayuda a adultos mayores, que tendrá una cobertura de 3.5 millones de votos. Y la semana pasada, puso en marcha diversos programas de becas estudiantiles que alcanzará a cerca de 2 millones de jóvenes. En ese par de programas asistenciales se suman cerca de 5.5 millones de votos… digo beneficiados, aunque habrá que considerar que por cada apoyo otorgado los gobiernos lo multiplican por mínimo dos votos. Parece que once millones ya corren en la bolsa del PAN. Y luego no quieren que se piense mal de la democracia mexicana.