Toluca se convirtió en epicentro electoral tras el decomiso de 25 millones de pesos a dos funcionarios del gobierno de Veracruz, ocurrido en el Aeropuerto Internacional de la capital mexiquense, cuyo origen y destino no pudo ser acreditado. El monto millonario transportado en efectivo, fue reclamado por el gobernador veracruzano, Javier Duarte de Ochoa, el cual supuestamente sería utilizado para el pago de servicios por la organización del tradicional carnaval veracruzano, y la Cumbre Tajín. El sospechosismo alcanzó el tinte electoral por ser Toluca el enclave político del Grupo Atlacomulco que impulsa a tope al ex gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto. Las acusaciones fueron inmediatas por parte de PRD y PAN en sus respectivos cuartos de guerra para que se investigue a fondo.
Independientemente de la ruta dudosa del dinero del erario veracruzano, nadie debe pasar por alto las implicaciones políticas de la intrigante historia que se construye. El gobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue el secretario de Finanzas del ex mandatario Fidel Herrera. Bajo su gestión, Duarte se encargó de la reestructuración de la deuda veracruzana, para lo cual contrató los servicios de la empresa Protego, entonces dirigida por Luis Videgaray, a la postre secretario de Finanzas de Peña Nieto. Ambos, coincidieron en San Lázaro como legisladores federales e integrantes de la poderosa Comisión de Presupuesto. Hoy, Duarte es gobernador de Veracruz, y Videgaray el coordinador de campaña de Enrique Peña. Duarte es uno de los aliados políticos del peñismo, pues fue en Veracruz donde el originario de Atlacomulco arrancó su precampaña, y también donde ha comenzado un nuevo escándalo en su contra.
Otro episodio que eclipsa a las preferencias electorales priístas, es la supuesta alerta -sin desmentir- emitida por la PGR para reportar cualquier vuelo nacional o internacional relacionado con los ex gobernadores de Tamaulipas Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrinton Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores. Las denuncias sin confirmar, implicarían una relación entre los ex servidores públicos y el crimen organizado. Sin embargo, la vinculación política entre los ex mandatarios y el Grupo Atlacomulco es innegable, y los efectos colaterales en los comicios parecen inminentes e inmediatos. El cuarto de guerra de Peña Nieto ya no ve lo duro sino lo tupido de la intensa tormenta que tienen encima. Tal parece que la sequía de la que se habla en el país no aplica en el priísmo que poco a poco se llena de agua.
Las cuestiones vinculantes entre Yarrington y el Estado de México se remontan al 2005, cuando el tamaulipeco formaba parte del TUCOM, y se sumó al final a la precandidatura fallida del mexiquense Arturo Montiel. Mientras que Manuel Cavazos Lerma, fue un operador electoral reclutado por Peña Nieto en 2009, y fue artífice de la recuperación política del priísmo en el territorio mexiquense. Actualmente Cavazos es pecandidato del PRI al Senado de la República, por lo que resulta insoslayable los efectos negativos hacia las preferencias electorales del tricolor. La cacería de brujas está a la vuelta de la esquina, pero muchos sospechan que ésta como muchos otros casos como el Michoacanazo y la detención de Jorge Hank termine en un fiasco más de las autoridades ministeriales.
Esta semana será crucial para el PAN rumbo a la selección de su candidato presidencial. El Estado de México se calcula aportará cerca de 60 mil votos de los cerca de 600 mil participantes en la votación interna del blanquiazul. Parece que la contienda se ha cerrado a dos, Ernesto Cordero -apoyado por el grupo político de Ulises Ramírez-; y Josefina Vázquez Mota -que ha conseguido el respaldo de los Bravo boy´s-. Aunque los «ulisistas» se creen con el poder político entre el panismo mexiquense, las encuestas de percepción indican amplia ventaja para la ex diputada federal. Lo que ni duda cabe es que el equipo de Durán la tiene en chino para ayudar a su aspirante Santiago Creel, y la única esperanza que le queda al ex alcalde de Naucalpan es la candidatura al Senado que se decidirá el 19 de Febrero.
También será la última semana con chamba para muchos alcaldes y diputados locales del PRI, así como integrantes del gabinete de Eruviel Ávila. El 7 de febrero es la fecha fatal para el registro de precandidatos a diputados federales. La lista preliminar está casi terminada, aunque en el priísmo persiste el ideal de Fidel Velázquez, por lo que «quien se mueva no sale en la foto». El palomeo pasa por la oficina de Enrique Peña, aunque con un intenso jaloneo desde el nicho de poder de Eruviel Ávila, quien también busca sus personeros en San Lázaro. La escisión entre peñistas y eruvielistas es innegable, porque todos quieren formar parte de la Legislatura Federal teniendo como inquilino de Los Pinos a Peña Nieto -en caso de victoria-; y todos se creen con derechos de obtener su pase en automático.