Alfredo Torres Martínez, actual secretario de Desarrollo Urbano, se promueve con insistencia para ocupar la secretaría General de Gobierno, que muchos vaticinan podría quedar vacante esta misma semana, ante la posibilidad de que Ernesto Nemer busque la candidatura por la diputación federal de Metepec, y se incorpore como un alfil político clave en el proyecto presidencial de Enrique Peña Nieto. Alfredo Torres se cree merecedor de la Secretaría General de Gobierno, pues fue él quien formó a Eruviel Ávila como político, hoy convertido en el gobernador del Estado de México.
No sólo eso. El secretario de Desarrollo Urbano, promueve con tenacidad y fuerza a su hijo, Alfredo Torres Huitrón -actual diputado federal- como su delfín para que se convierta en el alcalde de Ecatepec. De esa manera, la familia Torres busca la segunda posición en importancia en la estructura gubernamental, y la alcaldía de mayor peso político en la entidad, no sólo por su número de habitantes, sino porque es la ciudad natal del actual mandatario. Torres Martínez fue alcalde de Ecatepec de 1996 a 2000, cuando Eruviel Ávila fue secretario del Ayuntamiento, y ahora apela a que su hijo herede ese poder en el mismo municipio.
Muchas de las grandes decisiones del gobierno en turno pasan por el escritorio de Alfredo Torres. Lo cierto es que su influencia no se limita a la acción de grandes negocios inmobiliarios que representa la secretaría de Desarrollo Urbano. Para Eruviel Ávila, Alfredo Torres es más que un mero colaborador, es por el contrario un asesor de absoluta confianza, y de amplia experiencia. La carrera política de Eruviel poco se puede entender sin Alfredo, y para éste parece que ha llegado el momento de cobrar facturas.
Sin embargo, José Manzur Quiroga no cede. Busca hacerse de la secretaría General de Gobierno. Desde los tiempos de Luis Miranda mantuvo cierto control a través de Gerardo Monroy Serrano -quien se desempeñó como director de Información y Desarrollo Político pero que abandonó para irse como director del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social-. Actualmente, el cargo de director de Información Sociopolítica lo ostenta Jesús Jaramillo Rangel -cercano a Manzur y al grupo político de Isidro Pastor Medrano-. Por ello, Manzur busca contener ese poder y convertirse en un hombre de amplia operación política para el proceso electoral que se avecina.
Si a Manzur se le atraviesan obstáculos en el camino, el actual diputado local no descarta la diputación federal por el emblemático municipio de Atlacomulco. No sólo por lo fácil que podría significar el triunfo electoral, sino por lo simbólico que sería llegar a San Lázaro representando la tierra natal del posible Presidente de México a partir de diciembre de este año. Pepe está en la simpatía de Eruviel Ávila, de Enrique Peña y de Arturo Montiel, por lo que confía en que esa posición legislativa sea para su causa. A eso se suma su condición de coordinador de los diputados locales priístas.
Aunque nadie debe perder de vista la posibilidad de que el compadre y fiel colaborador de Enrique Peña, el antes todo poderoso Luis Miranda Nava busque un puesto de elección popular, y nada más cómodo para el ex secretario general de gobierno que esa misma diputación federal por Atlacomulco, según dicen los bien enterados y cercanos al precandidato presidencial. La que corre será una semana llena de especulaciones frente al registro de diputaciones federales que se resolverá el próximo viernes. Luis Miranda ya perdió hace seis años la alcaldía de Toluca, y en esta ocasión no habrá posibilidad ni margen de error, es lo que él asegura a sus afines.
Y ya que se habla de diputaciones federales, hay algunos que ya tienen firmes sus aspiraciones, y hasta el distrito por el que habrán de competir. Pero habrá que recordarles que San Lázaro no sólo es una cuestión de cuotas, sino de una operación política de acuerdo al reparto de las comisiones legislativas, según su trayectoria, experiencia o preparación, pero hay a muchos -que incluso hoy se desarrollan como diputados locales- que nacieron para maceta, y que aunque ganen un espacio como legisladores federales, no hay forma de que pasen del corredor.