Hoy será más que un día festivo para la vida pública del Estado de México. Integrantes del Gabinete de Enrique Peña Nieto, decenas de presidentes municipales, diputados federales y diputados locales del PRI no se presentarán a trabajar. Bajo el argumento de pedir licencia por un día sin goce de sueldo, la clase política priísta estará desde muy temprano en Tlalnepantla donde se prevé la unción de Eruviel Ávila Villegas como candidato del PRI a Gobernador del Estado de México. La administración de Peña Nieto ni siquiera ha programado eventos públicos.
A la amplia movilización de funcionarios del primer nivel de los Poderes Ejecutivo y Legislativo (local y federal) además de los ediles, se debe sumar al conjunto de secretarios particulares, asesores, escoltas, choferes y decenas de trabajadores que acompañarán a la gran cargada para respaldar a Ávila Villegas en su abanderamiento. Por si fuera poco, el priísmo mexiquense tiene contemplado otro mitín en Toluca para el próximo sábado, donde Eruviel tomará protesta formal.
Eruviel Ávila sí necesita de Elba Esther Gordillo, pero no debió expresarlo públicamente, coinciden en señalar militantes del priísmo. Cero y van dos. Primero fue a pedir la adopción por parte de la clase política de Atlacomulco. Y ahora habla de la necesidad que tiene para que lo respalde el SNTE y su presidenta vitalicia. Ambas son muestras de las debilidades de Eruviel Ávila, cuya candidatura se sostiene con alfileres. Le urgen asesores en su discurso político, sin duda.
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Los chuchos harán un último intento por amarrar la alianza electoral entre el PAN y el PRD. Este jueves podría aprobarse la coalición en el Consejo Político Estatal. Sin embargo, la resolución no sería definitiva, pues aún deberá discutirse en el Consejo Nacional el próximo sábado, en donde el sector lopezobradorista hará todo lo posible por reventar esa posibilidad. Ayer, Alejandro Encinas y Luis Sánchez Jiménez protagonizaron una encerrona donde se debatió los pros y contras de tal decisión, ambos no cedieron en sus propuestas y alternativas ideológicas.
El as bajo la manga que presentarán las tribus encabezadas por Luis Sánchez Jiménez y Javier Salinas es lo endeble que resultaría la candidatura de Alejandro Encinas .y no por su posicionamiento en el plano electoral- sino por la posible impugnación a su falta de residencia como requisito para ser elegible al cargo de Gobernador en el Estado de México. Ante ello, los perredistas proaliancistas, argumentan, que no se tiene una figura que pueda competir por sí solo con la alianza de izquierda y ser competitivo frente a la amplia maquinaria del PRI mexiquense.
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En el PAN le apuestan a la polarización. Si la elección se divide en dos opciones, sus posibilidades de triunfo crecen, pero sobre todo crean un espejismo respecto de su posicionamiento electoral en la entidad con el mayor padrón electoral. Su apuesta está en el 2012. La alianza electoral nació muerta frente a la imposibilidad de que haya un candidato –ex priísta- que los unifique. Y es que panistas y perredistas tenían sus velas encendidas en el rompimiento del PRI, y abanderar a quien hoy será ungido en el tricolor. Su nombre: Eruviel Ávila.
