Una nueva cargada fue dispuesta en torno a Enrique Peña Nieto en medio de los momentos más aciagos de su trayectoria política. En el terreno de la deteriorada imagen del aspirante presidencial en las redes sociales, los senadores y diputados federales priístas cerraron filas para afrontar la sistemática descalificación contra Peña Nieto, producto de sus desafortunadas declaraciones ante la prensa. En la víspera al cierre de sesiones de ambas Cámaras, los legisladores advierten una guerra sucia profunda en contra del mexiquense, para evitar a toda costa el regreso del PRI a Los Pinos.
Peña Nieto se mostró sobrio, conocedor de su merma en las preferencias electorales, sabe que el mejor blindaje electoral para los comicios del año entrante, no es evitar la infiltración del narcotráfico o cuidar que el gasto de campaña no rebase el tope fijado por el Instituto Federal Electoral. El mejor blindaje es el que proteja su imagen, que evite un escándalo en torno a su riqueza patrimonial, o bien a las finanzas públicas que heredó en el Estado de México. Las estrategias del panismo están encaminadas a demostrar la ruta de la corrupción y el enriquecimiento inexplicable, ya sea de él o de su círculo cercano. Peña ha urgido a vacunarse a tiempo.
El originario de Atlacomulco puso en marcha la operación cicatriz. Ante los senadores reconoció el liderazgo de Manlio Fabio Beltrones. Peña sabe que su llegada a Los Pinos está condicionada a la unidad priísta, entre los factores controlables para su causa. En la encerrona con los senadores, también resaltó el trabajo de Pedro Joaquín Coldwell, quien es el nuevo dirigente nacional del PRI, en cuya misión está aminorar el golpeteo que sufrió el partido, durante la presidencia de Humberto Moreira, acusado de una sospechosa e impagable deuda en Coahuila por 34 mil millones de pesos.
Por la noche, reunido con los diputados federales, los cuales congenian más con Peña Nieto, la cargada se hizo más evidente. Si hubo lealtad política durante los últimos tres años con el peñismo, esa emergió desde la fracción priísta de la Cámara de Diputados, donde se obstaculizaron las reformas laboral, energética, política y otras que no estaban contempladas en la agenda pública de Peña Nieto, y que hoy las retoma como parte de su plataforma electoral. El pago de facturas está por realizarse, más aún cuando está en ciernes un año electoral con muchos cargos por repartir.
Pese al respaldo absoluto prodigado al mesías del priísmo, el escritor Carlos Fuentes dio una estocada al aspirante presidencial. En entrevista con la BBC de Londres, el dramaturgo mexicano aseguró que Peña Nieto puede tener derecho a no leer sus libros, pero a lo que no tiene derecho es a ser Presidente de México por ignorante. Ups! A la conjura de la oposición contra el peñismo -a la que hace alusión el propio precandidato- ya se sumó Carlos Fuentes, y hasta medios internacionales como El País y la BBC de Londres. ¿Y ahora quién podrá defenderlo? Es pregunta colorada que busca super héroe, aunque sea mexicano.
A Peña Nieto, como El Tri, le dicen «que todo lo que hace, que todo lo que hace, está mal, y no sabe por qué». Asesores en redes sociales recomendaron generar la contraofensiva twittera, y generar su propio Trending Topic bajo el título #CreoenEnriquePeña con un resultado desastroso. No sólo no levantó el interés de los twitteros, sino quienes lo usaron, fue para denostar al político mexiquense. Las burlas fueron y vinieron. La intención del hashtag creado exprofeso para defender la imagen de Peña quedó rebasada.