Aunque se niegue, en el equipo cercano de Enrique Peña sí hay profunda preocupación por la guerra sucia que se les ha venido encima apenas en la primera semana tras el registro de su precandidatura. El círculo rojo de Enrique Peña ha dado tumbos en su afán por ejercer un «control de daños» a través de justificaciones absurdas en redes sociales, entrevistas «a modo» para que el aspirante presidencial salga avante de la crisis «literaria» por la que atraviesa. Y el colmo fue ayer, mediante la orientación de la columna de Carlos Loret en un periódico capitalino, que sugería que lo dicho, hecho y mostrado en Internet es producto de una guerra financiada contra el priísta.
La comunidad tuitera no tuvo recato en señalar a Loret como parte de la campaña de Peña Nieto. Cuestionaron su calidad moral para asumirse en juzgador de lo que sucede en las redes sociales, luego de su affaire con la conductora Laura Gii. Y fue Trending Topic con lo que la guerra tuitera contra Peña Nieto se agudizó, y prolongó su agonía por quinto día consecutivo. Aunque eso sí, muchos le preguntaron a Loret dónde recogen el pago por sus intervenciones en twitter, dónde han cuestionado severamente el gazapo peñista en la FIL, la reacción emotiva de su hija Paulina, y ahora se han indignado profundamente con una aseveración ligera, como la hecha por el periodista de Televisa.
El problema se hace crítico en el entorno de Enrique Peña ante una circunstancia particular que caracteriza a su equipo de campaña. Son más generales que tropa. Todos los integrantes se creen con capacidad de ordenar, de decidir, de direccionar. Los conflictos de intereses entre ellos podrían colapsar, frente a las múltiples responsabilidades que todos pretenden asumir. Para colmo de males, su actitud continúa en carácter de adulación a su jefe político, a pesar de los errores de la última semana, que está por verse, podrían ya haberle costado algunos puntos en las encuestas electorales.
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El gobernador Eruviel Ávila se reunirá este jueves con su homólogo de Puebla, el panista Rafael Moreno Valle. La cita convocada establece pactar acuerdos metropolitanos entre ambas entidades. Es la segunda ocasión en menos de una semana que el mandatario mexiquense tiene una convocatoria con un connotado político del panismo, mientras se acentúa aún más el distanciamiento con su antecesor Enrique Peña Nieto. Apenas el lunes estuvo con el secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien por cierto aspira a la senaduría del PAN por Puebla. Extrañas coincidencias de la política.
Moreno Valle es un hombre de todas las confianzas de la maestra Elba Esther Gordillo. Y aunque Puebla y Estado de México comparten frontera, no tienen en común una zona metropolitana. Sin embargo, la reunión toma relevancia en el entorno político. Acaso es que Eruviel Ávila está mandando mensajes al grupo político de su antecesor, o será entonces que en realidad con esas actitudes ya se está comunicando, pero con Felipe Calderón. Por ejemplo, ayer se sumó al llamado calderonista de blindar las elecciones del crimen organizado. Sin duda, Eruviel habla como todo un panista… perdón, un estadista.
El distanciamiento con Enrique Peña es cada día más pronunciado. Para muestra un botón, se da con la salida de Luis Vega, el poderoso hombre de las finanzas en el PRI mexiquense, quien ya fue sustituido por alguien de plena confianza para Eruviel Ávila. Vega es un hombre muy cercano a Enrique Peña y amigo íntimo de Luis Videgaray. Su salida fue tan intempestiva como indecorosa. El control político ya está en manos de Eruviel Ávila, y eso se observa cuando se hace una revisión por los puestos que controlan las finanzas primero de todo el gobierno, y luego ahora del mismo partido.