Toluca, Edomex; 18 de mayo de 2022.- Cero y van tres. Alejandro Moreno ha sido exhibido en nuevos audios, los que podrían significar delitos electorales. Por tercera semana consecutiva, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores ha mostrado a un Alito, a quien le gusta extorsionar proveedores, sobornar diputados y gastar de forma excesiva en campañas electorales. Y pese a todo, se ha convertido en corto tiempo, en el dirigente priísta más perdedor en la historia del partido. Sus malos resultados favorecen el terreno mexiquense.
De confirmarse las derrotas próximas en Hidalgo y Oaxaca, Moreno no tendrá la calidad moral para incidir en las elecciones de Coahuila y Estado de México del año entrante. Ni siquiera para sugerir posibles candidaturas, mucho menos para operar las campañas. Si tuviera un mínimo de vergüenza personal y de disciplina política, el presidente nacional del PRI debería renunciar el día siguiente a la elección del 5 junio, incluido su gabinete responsable de los comicios estatales.
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Lo cierto es que, el PAN no puede echar las campanas al vuelo por las derrotas de sus nuevos aliados electorales. El próximo 5 de junio, es altamente probable que el panismo entregue las gubernaturas de Tamaulipas y Quintana Roo; mientras Durango está en una competencia cerrada. Presumir una victoria en Aguascalientes, con poco más de 1.4 millones de habitantes debería ser una preocupación, porque en el balance perderá más de lo que pueda retener.
La dirigencia de Marko Cortés también ha sido para el olvido. El año pasado ganó Querétaro y Chihuahua; sin embargo, salió derrotado en Nayarit y Baja California Sur. Y repitió el fracaso en Baja California, el primer estado gobernado por el panismo desde 1989, y que perdió en las elecciones locales de 2019.
Esa es la carta de presentación del PAN que, en los resultados, parece tener pocos argumentos para incidir en la toma de decisiones del año entrante.
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No hay que perder de vista la presencia de gobernadores en los procesos electorales. Los priístas Omar Fayad y Alejandro Murat parecen resignados a la derrota; incluso el hidalguense ha mostrado su resistencia para apoyar a Carolina Viggiano. Mientras Murat está más ocupado en construir su precandidatura presidencial, ante una perniciosa cercanía con Morena y AMLO.
Desde Palacio de Gobierno en Toluca, se advierte que, Alfredo Del Mazo no tiene una decisión tomada para quien vaya a encabezar la candidatura de su partido hacia la sucesión de 2023. El proceso de precampaña está en marcha y de facto. Lo único que tiene claro es, la imperiosa necesidad de ir en alianza electoral con los partidos que se unan a su proyecto; imponer un candidato priísta al frente de la coalición; y darlo todo para conservar el poder heredado por su estirpe.
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