Todo político tiene su pendenciero. Mientras Javier Lozano, el secretario del Trabajo, defiende a capa y espada al aspirante panista Ernesto Cordero, quien intenta cubrir a esa labor para la causa de Enrique Peña en el Estado de México es Enrique Jacob Rocha. El diputado local por Naucalpan, ayer pretendió subirse al ring sin resultados, con mínimos RT’s en un intento por descalificar a Cordero. Como perro de rancho, ataca sistemáticamente a los adversarios políticos, sin embargo, es una estrategia que a Jacob no le funciona, ya que ni siquiera tiene con Peña la cercanía que mantiene Lozano con Cordero.
Quien sí es muy cercano al ex mandatario y muy afecto al twitter, es el ex diputado federal Luis Videgaray. A quien López Doriga ya lo da como el jefe de campaña. Videgaray ha mantenido una postura mesurada, y hace las veces de vocero twittero, informa los desmentidos, correcciones o declaraciones de su jefe Peña Nieto y de su hija Paulina Peña, quien ya no pasa desapercibida para la comunidad twittera. La estrategia del peñismo es sostenerse ajenos a los ataques. Parece que a Jacob no le sirvió la lección de los comicios de Eruviel Ávila, donde fue igual de agresivo, y fue incapaz de ganar para el PRI la sección electoral donde vive, y vota.
Ayer mismo, por la noche, Enrique Jacob presumió a través de su cuenta personal en twitter, que el aspirante presidencial Enrique Peña ya era el más seguido de los posibles contendientes a la silla grande con poco más de 150 mil followers, y no perdió la oportunidad para hacer un comparativo con Andrés Manuel López Obrador, quien cuenta con cerca de 135 mil seguidores. Aunque habría que aclararle a Jacob que no todos los que siguen a Peña votarán por él, muchos lo hacen por gusto, otros hasta por trabajo, unos más por morbo y no falta quien lo hace por desprecio.
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A propósito de diputados locales, hay muchos que no tienen claridad de a qué partido político pertenecen -en los hechos- y no niegan su origen priísta. Ahí está el caso de Antonio García Mendoza -ex líder del Suteym- quien en su perfil personal de Facebook se autodenomina como diputado local por el PRI, aunque teóricamente, él forma el Grupo Parlamentario del Partido Socialdemócrata, donde es el coordinador y único integrante a la vez.
Otro caso que se suma a esa lista es Miguel Sámano Peralta -quien es coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México-. Sin embargo, el ex secretario particular de Arturo Montiel no niega su militancia, y minimiza el símbolo que usó como subterfugio para convertirse en diputado local. Prueba de ello, es que a su reciente informe de labores legislativas invitó al dirigente estatal… pero del PRI. Y es que los malpensados dudan que haya tenido la misma atención con los dirigentes del PAN o del PRD, por ejemplo. Para colmo de males, pese a la convocatoria a Raúl Domínguez Rex, éste tuvo que asistir de urgencia a la sede nacional del PRI donde se anunció la renuncia de Humberto Moreira, por lo que el presidente del priísmo estatal dejó a Sámano literal -y ecológicamente- «plantado».
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La unción de Francisco Robles Ortega como nuevo Arzobispo de Guadalajara, en sustitución de Juan Sandoval Iñiguez, representa una noticia favorable para Enrique Peña Nieto, quizá la única en la última semana para el aspirante presidencial del PRI.
Robles Ortega, quien era Arzobispo en Monterrey, lo fue antes en Toluca donde forjó amistad con el Grupo Atlacomulco, de forma estrecha con el entonces gobernador Arturo Montiel, y donde conoció a Enrique Peña. Luego del gazapo de la FIL, donde el ex gobernador sólo atinó a decir haber leído algunos pasajes de la Biblia, esta nueva designación le cae como una señal divina de que su peso político se hizo escuchar hasta El Vaticano. ¿Será?