Enrique Peña Nieto presentó su libro sobre el proyecto de Estado Eficaz, que pretende presentar como una plataforma política durante su campaña electoral. Sin embargo, muchos de los planteamientos ahí expuestos, tienen divididos en el debate a los diferentes sectores que integran al priísmo, y aunque guardarán la unidad durante el proceso electoral, se manifestará su rotundo rechazo a las ideas de Peña Nieto, que incluso se oponen en algunos casos a los estatutos del partido.
La apertura de PEMEX a la iniciativa privada causa urticaria entre los sectores más conservadores del priísmo. La propuesta del peñismo -auspiciada por la tecnocracia que lo asesora y que encabeza Luis Videgaray- se ve como una afrenta a lo simbólico que es para el priísmo la expropiación petrolera que ejecutó Lázaro Cárdenas, el primer presidente de un plan sexenal, que heredó reglas no escritas dentro del partido, como el exilio de los ex presidentes. La sola idea de abrir la paraestatal al capital privado, genera una inconformidad que no pasará, aunque se regrese a Los Pinos, advierten.
La posición política, también es motivo de encono entre los priístas. El sector que aún encabeza Manlio Fabio Beltrones insiste en la necesidad de aprobar la reelección legislativa. El círculo rojo de Peña Nieto se opone rotundamente a esa posibilidad, y por el contrario, impulsará fuertemente la propuesta de la cláusula de gobernabilidad, que permita la construcción de mayorías artificiales. En medio del debate, queda claro que no habrá modificación posible, ante la imposibilidad de ceder en sus posturas, cada uno de los sectores que están representados en el tricolor. La reforma política se vuelve imposible ante el eventual triunfo del peñismo.
El sistema de seguridad social universal abre otro flanco de batalla. No hay claridad si ante dicha propuesta, se mantendrían por separado el funcionamiento de instituciones como el ISSSTE o el IMSS. La posible eliminación de ambas, para fusionar un solo esquema de seguridad social, significaría derrumbar los símbolos «institucionales» del priísmo, y atribuidos en su creación al paradigma político de los mexiquenses: Adolfo López Mateos. Y además, ¿qué opinará Elba Esther Gordillo ante la posible desaparición del ISSSTE, convertido en un coto de poder para su grupo político? Peña Nieto iniciará con la batalla más difícil, los fantasmas del PRI.
El combate al narcotráfico causa un nuevo debate. Peña Nieto se manifiesta a favor de mandos únicos en las policías estatales. En su propuesta, arremete contra la autonomía municipal en la materia de seguridad pública. En su ideario político, va contra las ideas defendidas en los últimos años por los liderazgos de presidentes municipales priístas, quienes se han pronunciado a favor de su autonomía edilicia, como lo han sido Azucena Olivares, alcaldesa de Naucalpa y líder de la AMAC; y en su momento, Eruviel Ávila, como líder de la FENAMM, hoy gobernador mexiquense y sucesor de Peña Nieto.
La cauda de inconformidades podría ampliarse ante la imperiosa necesidad de que Peña Nieto discuta los temas relacionados con las reformas estructurales, en rubros como el laboral, el fiscal, el educativo y otros tantos que han sido el talón de aquiles de la alternancia política, frente a una parálisis legislativa innegable e insufrible. La unidad al interior del PRI pende de un hilo.