Toluca, Edomex; 17 de mayo de 2022.- Las campañas electorales que transcurren en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes muestran dos aspectos fundamentales que, desde ahora, deberían tener en profunda preocupación a los priístas del Estado de México.
Por un lado, todos los activos de Morena, asisten cada fin de semana para respaldar a los candidatos a la gubernatura de su partido. Muestran el músculo político; la organización electoral y hacen una precampaña presidencial que, impactará en positivo con el triunfo de al menos cuatro estados. Ahí, en proselitismo han estado Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, quienes podría anticiparse estarán en tierras mexiquenses para 2023.
Por otra parte, no hay figuras de la oposición que tengan el liderazgo para hacer campaña a favor de los candidatos prianistas. Ni el puñado de gobernadores priístas o panistas se atreven a hacer campaña para mantener los estados que actualmente gobiernan. Y todos los escenarios apuntan a que, el PRI entregará las plazas de Hidalgo y Oaxaca con la complacencia de sus gobernadores.
Todo es un muy mal augurio para quien sea candidato del PRIAN a la gubernatura del Estado de México, en un pronóstico muy desalentador.
Mientras quien sea el candidato morenista, puede sentirse desde ya, arropado.
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El sexenio eruvielista se caracterizó por dejar decenas de obras inconclusas. No sólo fueron hospitales abandonados; también se deben contar auditorios municipales, plazas públicas y demás obras, cuya infraestructura hoy presenta un grave deterioro, derivado de falta de mantenimiento. Está claro que, durante la pasada administración, se les asignó el presupuesto para terminar todos los proyectos, pero simplemente esos recursos se desviaron para otros fines.
Uno de los principales implicados fue César Gómez Monge, quien como secretario de Salud infló las nóminas de la dependencia, a través de decenas de operadores políticos que impulsaban sus aspiraciones a la gubernatura. Otro más fue Erasto Martínez, quien encabezó la entonces Secretaría de Infraestructura, responsable de todos los proyectos de obra pública que se dejaron abandonados. Hoy, ambos están desaparecidos de la escena política, desde el ostracismo personal.
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A propósito del Día del Maestro, en antaño el magisterio federal y estatal, eran considerados dos brazos articuladores del corporativismo electoral. Desde su alcance territorial, el priísmo local asumía en la plantilla de profesores, a un entramado de operadores políticos, que le permitían tener una cobertura amplia en todos los municipios del estado. Hoy su eficiencia ya no es la de antes.
A la distancia, los maestros ya no son más una estructura priísta. Sus liderazgos han emigrado a Morena; y desde ahí, podrían ahora operar en contra del partido en el poder, incluidos los exdirigentes sindicales. Delfina Gómez -profesora de carrera- es, por sí misma, un activo del magisterio a favor de Morena.
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