Toluca, Edomex. 15 de diciembre de 2016.- No hay que perder de vista las publicaciones recientes del exdirigente estatal del PRI, Ricardo Aguilar Castillo, quien en sus redes sociales insiste en la inclusión política como condición para sumar voluntades y consolidar la fuerza electoral en el Estado de México. Hace seis años, Aguilar estuvo en la quinteta final de aspirantes a la gubernatura, pero tras el ungimiento de Eruviel Ávila, las circunstancias políticas le han sido adversas, y ha sido marginado de la clase gobernante del estado.
Actualmente Aguilar Castillo se desempeña como subsecretario de Alimentación de la Sagarpa. Existen algunas versiones que advierten el regreso de Ricardo a la dirigencia del priísmo mexiquense. Lo cierto es que para Aguilar resulta urgente una toma de decisiones sobre el próximo candidato a gobernador y recuperar parte de su influencia política. El ungimiento del gran elector ocurrirá hasta el 23 de enero, un día antes de que venza el plazo para el registro de coaliciones ante el Instituto Electoral del Estado de México.
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Con escepticismo, los perredistas observan la posibilidad de que Óscar González Yáñez se inscriba como precandidato a la gubernatura en su proceso interno. El partido del sol azteca ha impuesto una condición que parece un gran obstáculo. En la convocatoria perredista, se establece como necesario que todos los contendientes renuncien a cualquier militancia ajena al PRD, lo que en su caso obligaría a Óscar González a salirse del PT, en una apuesta de alto riesgo. Los tiempos se le agotan al petista para garantizar la alianza con la izquierda pero al mismo tiempo vender su eventual preferencia electoral.
Aunque en la elección de gobernador no está en juego el registro de su partido, la apuesta del PT desde ahora es afianzar una coalición rumbo a los comicios locales de 2018. Los reductos del partido de González Yáñez se reducen a una veintena de municipios, mientras que en el resto del estado es inexistente. El dilema no es a quién sumar en el 17, sino cómo sobrevivir para el 18.
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En medio de la violencia física que sufrió la medallista olímpica y senadora de la República, Ana Gabriela Guevara, surgió el infaltable oportunismo político del diputado federal, Ulises Ramírez Nuñez, quien ofreció su bono legislativo de fin de año que asciende a 150 mil pesos para aquella persona que ofrezca datos precisos que lleven a la captura de los agresores de la sonorense. A cómo dé lugar, el legislador panista buscó un reflector mediático, aunque fuese lucrando con una desgracia personal.
Obviamente no fue el único, no faltó la aspirante a la gubernatura que apela a la equidad de género como su bandera política para concitar simpatías al interior de su partido y hacia afuera. A través de redes sociales, la excompañera de la Senadora expresó su condena a la golpiza que padeció Guevara y levantar la voz en contra de la violencia de género. Lo cierto es que desde la más alta tribuna parlamentaria del país siempre se invisibilizó la problemática y ahora que es un tema políticamente necesario todos pretenden subirse a su defensa personal.
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