Toluca, Edomex; 15 de julio de
2025.- Hoy llega a su fin el proceso electivo de la UAEMex. Dos meses tarde de
lo programado legalmente, pero hoy la comunidad universitaria elegirá a su
rectora. La jornada electoral, es un trámite hacia la transformación
institucional, y no el propósito final del sinuoso camino de los últimos meses.
Quien gane tendrá por delante resolver un paro estudiantil que se mantiene activo
y cuyas demandas y exigencias sostendrán su vigencia, mientras prive la omisión
y la ausencia de autoridades indolentes.
No será una jornada sencilla.
Lo que está a prueba es una elección inédita para la que la UAEMex nunca se
preparó anteriormente. Hoy, se deberán romper los mitos de una institución oscura
en su toma de decisiones, que de forma abrupta y en medio de resistencias, ha debido
transparentar sus procesos durante las últimas tres semanas. Más importante
aún: que sea una votación que se ejerza en libertad, sin los dados cargados del
pasado reciente, y con la capacidad para que el conteo de votos esté robustecido
por la confianza de la comunidad.
Para el olvido deberá cerrar
el rectorado del barrerismo. El exrector Carlos Barrera presumía, en corto y en
privado, previo a su cuarto y último informe, que a diferencia de sus
antecesores -Jorge Olvera y Alfredo Barrera- se iría sin escándalos en su portafolio.
La realidad dinamitó sus expectativas. Su retiro obligado en una renuncia anticipada,
hoy lo tiene en una defenestración mayúscula. Sus acciones deliberadas o la
omisión de algunas otras, derivó en el paro estudiantil que frustró sus intenciones
de heredar el poder a Eréndira Fierro.
El Enjambre Estudiantil ha
dado lecciones de dignidad universitaria. En sus manos está perder su legitimidad
frente a actos de violencia. La elección ya está dispuesta, que no es lo mismo
que decidida. Con la misma fuerza que tomaron las instalaciones e inundaron las
calles, es deseable que su voz se haga sentir en la elección universitaria. Y
con esa misma responsabilidad, esperar un diálogo abierto y una escucha activa
a sus demandas con la nueva rectora. Aquí no ha habido solución a sus demandas.
Hasta ahora, sólo ha privado la simulación.
No son las únicas voces
inconformes. Derivado del paro estudiantil, han proliferado organizaciones de
docentes y administrativos que han pedido ser escuchados. Ahí, donde la UAEMex
ha pretendido disfrazar su buena fama en rankings estandarizados, también se
ocultan las carencias de profesores y trabajadores que padecen todo tipo de
abusos y de injusticias. Ahí debe estar la mirada de quien encabece la rectoría
por los próximos cuatro años. No basta con parecer una de las mejores
universidades del país, habría que comenzar por hacer que suceda. Que el
prestigio se sienta en sus aulas y en sus oficinas.