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OFF THE RECORD 13-05-2025

Toluca, Edomex; 13 de mayo de 2025.- Las próximas horas serán cruciales para la definición y elección del encargado del despacho de la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex). Se deberá procesar ante el Consejo Universitario una terna que permita elegir al sucesor de Carlos Eduardo Barrera Díaz. Hay dos elementos clave: el rector sustituto no podrá emerger del gabinete universitario actual, y quien asuma el cargo, deberá nombrar un gabinete totalmente renovado, si lo que se busca es ganar confianza y abrir un canal de diálogo con la comunidad estudiantil.

 

Luego de siete días desde la toma del edificio de rectoría, las autoridades universitarias buscaron una apertura al diálogo con la asamblea universitaria. Es sorprendente la pasividad del rector y su gabinete. El descontento con la administración saliente alcanza a los tres sectores de la comunidad universitaria por la soberbia y la arrogancia con que ha actuado en las últimas semanas. Hasta parece una acción deliberada haber dejado crecer el conflicto en los últimos días, en razón de su molestia por la declinación de Eréndira Fierro.

 

La UAEMex sí tendrá su primera rectora. Existen argumentos legales, políticos e institucionales para no cancelar el proceso electivo universitario. Por encima de las demandas legítimas del estudiantado, también hay grandes sectores de docentes, administrativos y alumnos que, se involucraron en el proceso electivo y apoyan que la elección se resuelva prontamente. Además, se deben respetar los derechos adquiridos por parte de las cinco aspirantes al momento de su registro. Por lo tanto, entre Laura, Patricia, Dolores, María José y Maricruz, los universitarios elegirán en las próximas semanas a la rectora de la UAEMex.

 

Vaya desafío del rector sustituto. En primer lugar, llegará a apagar un incendio de dimensiones inusitadas, para lo cual se deberá tener una amplia operación política, tanto para dialogar con los estudiantes como resolver lo atendible y lo posible. En segundo sitio, asumir que el ser rector de sólo unas semanas, representa renunciar a futuras aspiraciones políticas porque ya no podrá ser director de algún otro espacio o rector forma. Así lo establece la ley universitaria. Y también, tener la capacidad y habilidad, de tender puentes de negociación con las cinco aspirantes a la rectoría, que están a la espera de un proceso -ahora sí- en condiciones de equidad y certeza democrática.

 

En la víspera de su cuarto y último informe, Carlos Barrera presumía entre los suyos, que a diferencia de sus antecesores, dejaría la rectoría sin sobresaltos institucionales ni escándalos políticos. De forma abierta se refería a la Estafa Maestra y los tendederos que derivaron en paros estudiantiles. Sin embargo, en apenas dos meses, hizo todo lo posible por encumbrar su nombre en una profunda defenestración: hoy tiene 21 facultades y el ICAR en suspensión de actividades, además de dos Unidades Académicas y un Centro Universitario también detenidos. Y lo que se acumule en el último día de su rectorado.