Toluca, Edomex; 12 de
junio de 2025.- La rectoría interina uaemita ha lanzado un señuelo a la
asamblea universitaria. Siembra dudas en la pretensión de reformar al estatuto
universitario. No hay claridad en cómo se deberá procesar la consulta que
pretende legitimar las modificaciones reglamentarias. Los estudiantes no serán
siquiera observadores de la misma: solo electores pasivos. La votación
electrónica vulnera el paro estudiantil vigente en más de veinte espacios académicos.
Los datos personales de la comunidad quedarán expuestos en la votación. El albazo
se consuma porque la convocatoria se ha lanzado de un día para otro, con la
misma premura que la renuncia de Carlos Barrera. El encendido de los servidores,
el pasado lunes, comienza a tomar sentido.
Este viernes 13 de
junio, Isidro Rogel cumplirá un mes como encargado del despacho de la UAEMex, periodo
en que su capacidad de diálogo ha sido nula. Las propuestas que han avanzado a
paso lento en el Consejo Universitario, nunca fueron presentadas ante ningún
espacio académico. Prefirió la ambigüedad y el secretismo en su exposición
pública. La apertura de Uniradio fue un paliativo cuando la toma de decisiones
avanzaba en lo oscurito. La consulta sólo es un proceso de legitimación que ha
nacido viciado. La elección de la rectora deberá concluirse a la brevedad
porque Rogel no quiere cargar con mayores costos políticos. El esquirol del
barrerismo nunca tuvo credibilidad, y ahora, ha perdido toda confianza por los
paristas universitarios.
Hay mayores dudas que
certezas en la vida uaemita. El 99.9 por ciento de la comunidad universitaria
desconoce el propósito y las preguntas de la consulta. Por qué optar por una elección
virtual en los espacios donde sí hay clases. Serán preguntas abiertas o
cerradas a una decisión tomada con antelación. Tampoco se sabe quién controlará
y protegerá los datos personales de la votación. Nada se sabe sobre quién contará
los votos y cuándo se conocerán los resultados. Y de ahí, cuánto tiempo tardará
el Consejo Universitario en aprobar los cambios al Estatuto Universitario.
Hasta dónde la criminalización de la protesta estudiantil quedará en la
discrecionalidad de interpretar el Estatuto Universitario. Estará pensando
Rogel en el voto electrónico para la elección de rectora.
La Asamblea Universitaria
alista una postura y respuesta oficial. Mientras los paristas reaccionan, la
consulta a la comunidad universitaria ya habrá avanzado aceleradamente entre
docentes, administrativos y estudiantes que se oponen al paro. Otro factor que
avanza en su contra, es la necesaria y urgente programación de clases o
evaluaciones en línea. Falta un mes para que concluya el semestre 2025A, el
tiempo juega en la resolución del conflicto estudiantil.
Y más allá de las
reformas estatutarias, la rectoría no puede echar al cajón del olvido las
muchas otras demandas de la Asamblea Universitaria: la gratuidad de la
educación, los comedores comunitarios, las denuncias de acoso sexual, la falta
de profesionalización de docentes, el ausentismo de profesores, la carencia de
insumos para actividades escolares, la infraestructura obsoleta o insuficiente
para atender a la matrícula de más de 100 mil estudiantes.
No olvidar que la
responsabilidad de esta coyuntura se llama Carlos Eduardo Barrera Díaz, y su
intento de imposición a favor de Eréndira Fierro Moreno.