Eruviel Ávila ha comenzado a deshojar la margarita para integrar a su gabinete de gobierno a partir de septiembre próximo. En su baraja deberá pagar la serie de componendas políticas que le permitieron acceder a la candidatura priísta. Pero también deberá considerar que en enero de 2012, se enfrentará a su primer gran reto electoral donde se definirán candidaturas para 125 ayuntamientos; 45 diputaciones locales y 40 curules federales; además de 2 senadurías. A eso, hay que sumar las posiciones plurinominales. El pastel es muy extenso y las rebanadas muy grandes.
Sin embargo, el equipo cercano de Enrique Peña Nieto quiere su tajada. Asustan con el petate del muerto, al decir que el gobernador saliente trae consigo un proyecto superior enfocado en la candidatura presidencial de 2012. Aunque se establece que Eruviel Ávila pretende tomar el control político y financiero de su gobierno, incluidas las definiciones de las candidaturas, y designar a alguien de su entera confianza a la secretaría de finanzas. La ruptura entre el Valle de México y el Valle de Toluca sigue latente, y más cuando de repartir el poder se trata. Hagan sus apuestas.
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No hace más de 8 años, cuando el gobernador Arturo Montiel iniciaba la conformación de la Conferencia Nacional de Gobernadores, el mandatario mexiquense exponía como un ejemplo a nivel nacional la reestructuración del ISSEMyM. Decían entonces que su viabilidad estaba garantizada para los próximos 20 años. A menos de una década de distancia, la alta burocracia mexiquense ha empezado a desmitificar la gran teoría de la garantía en el tema de pensiones y jubilaciones de los servidores públicos. Parece que todo era un castillo sobre el aire, o bien, algo se administró mal en el actual sexenio. Las sospechas empiezan a circular.
En el ISSEMyM hay un colapso financiero. Una de las cajas chicas del gobierno del Estado de México por la discrecionalidad en el manejo de recursos, ha iniciado un proceso de legitimación para elevar las cuotas de los burócratas mexiquenses. Justificaciones múltiples que se repiten en los medios de comunicación, han empezado a permear entre la burocracia de que es mejor abonarle más dinero a los servicios de seguridad social, que pagar servicios privados. El costo político incluso lo está asumiendo el gobernador saliente Enrique Peña Nieto.
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El procurador de justicia estatal, Alfredo Castillo Cervantes sigue dando tumbos con la detención del famoso “Compayito”, líder de la organización criminal “La Mano con Ojos”. Su yerro en el allanamiento de la casa del poeta Efraín Bartolomé, le ha convalidado serias consignas en contra del gobernador Enrique Peña Nieto. El asunto, tornado ya en un asunto político, permitió al presidente Felipe Calderón y al senador Manlio Fabio Beltrones subirse al barco de la condena, y arremeter contra la policía ministerial mexiquense y una evidente violación a derechos humanos.
Nadie olvida que Alfredo Castillo fue el responsable de la investigación sobre la muerte de la pequeña Paulette Gebara que derivó en la renuncia obligada de su ex patrón Alberto Bazbaz. Ahora se suma la situación del operativo por El Compayito, que ha resultado un nuevo escándalo al gobierno de Enrique Peña. En la toma de decisiones, Eruviel Ávila deberá decidir si le compra a Castillo la idea de su ratificación en el cargo, con la advertencia de su impericia policíaca.
