Toluca, Edomex; 10 de octubre de 2023.- Al PRI no le queda otra opción más que ir en alianza con el PAN y lo poco que resta del PRD. El desgaste social resulta irrefrenable. Si la tendencia electoral del pasado 4 de junio se confirma en los comicios del 2024, el priísmo podría gobernar apenas una veintena de ayuntamientos, y ninguno de peso político o presupuestal. Solo un puñado de diez alcaldes podrían pensar con solidez en su reelección. En paralelo, el balance legislativo de su bancada, podría ser reducido en la toma de decisiones.

Las élites políticas que hoy se disputan la dirigencia priísta, deben repensar en cómo muy a pesar de los casi tres millones de votos conseguidos por el PRIAN, se obtuvieron peores resultados territoriales que en 2018. El PAN, por su parte, parece conformarse con retener los municipios de Huixquilucan, Atizapán de Zaragoza, Naucalpan y Metepec. Mientras que para el PRD, parece fundamental únicamente conservar el registro como partido político. Cada quien tiene sus prioridades, pero muy alejadas a la fuerza electoral que algún día fueron.

La verdadera pugna del priísmo vendrá en la definición de las candidaturas plurinominales. Quienes encabezarán los listados de los diputados locales de representación proporcional: apenas los primeros cuatro serán las posiciones más disputadas. En el caso de la Legislatura Federal, los primeros cinco de la quinta circunscripción. Y será casi imposible que haya un mexiquense entre el listado de senadores que muy seguramente encabezará Alejandro Moreno. El agandalle de los pluris vendrá instruido desde la dirigencia nacional.

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El Partido Verde Ecologista se encuentra sobrevalorado tras la elección por la gubernatura mexiquense. A través de su dirigente, José Alberto Couttolenc, se asumen como la tercera fuerza política, derivado de la transferencia de votos obtenida por Morena en la contienda electoral. A partir de esa condición, los ecologistas plantean ir en alianza en los 125 municipios del estado; y en esa premisa, encabezar las candidaturas en al menos 20 alcaldías y una decena de ayuntamientos. Una exigencia que resulta irrisible para los morenistas, quienes ya se pelean desde ahora, la repartición de las candidaturas entre sus grupos.

Sin embargo, la calentura ecologista va más allá de una simple ocurrencia. En distintos municipios, ya han comenzado a pintar bardas con los nombres de sus aspirantes a alcaldes, y afirman en privado, que ya tienen el visto bueno de la clase gobernante para ser candidatos o candidatas. También confían en tener la bancada más numerosa de su historia en la Legislatura local. Lo interesante vendrá cuando Morena imponga sus condiciones de la coalición electoral, y relegue al Verde de las posiciones de privilegio. Hoy no hay nada para nadie.

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Quien no se mete en problemas, ni le quitan el sueño, es el Partido del Trabajo. La franquicia dominada por Óscar González Yáñez asume su realidad política. Sabe que aportó muy poco en el triunfo de Delfina Gómez, reconoce que no tiene militancia en todos los municipios y que poco podrá reclamar al momento de las candidaturas. Por esa razón, desde ahora se conforma, con repartir algunas posiciones en el gabinete, para los más cercanos y leales a la causa del petista.

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