Toluca, Edomex; 8 de mayo
de 2025.- Un muy duro señalamiento surgió por cinco de seis aspirantes a la
rectoría universitaria. Laura Benhumea, María José Bernáldez, Dolores Durán,
Maricruz Moreno y Patricia Zarza no sólo rompieron el silencio; también
acabaron con el miedo a la autoridad que despacha en la UAEMex. Es un acto
político que confirma la configuración de un bloque opositor que se fue
construyendo y robusteciendo, en la medida que todas, en menor o mayor medida
padecieron de la inequidad del proceso, ya sea por acción, omisión o
negligencia. Llegan juntas, sin declinar, y como un frente común a la decisión
final. Su músculo también se conjunta entre la comunidad universitaria.
Aunque ni falta hacía,
Eréndira Fierro ha hecho un llamado a la unidad. Y vaya que lo ha conseguido,
pero en su contra. Pide estar “presente” en la atención a las demandas
estudiantiles. Un comunicado sujeto a interpretación, pues no se sabe si ya se
siente rectora, si lo hace desde un lapsus donde se le olvida que ya no
es parte de la administración central, o bien, es un velado llamado al voto. Pese
a todo, tiene sectores -particularmente directivos- que mantienen la operación
a tope, para apoyarla hasta el final de la elección universitaria.
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El régimen morenista no
se ha movido un centímetro en su posición. Tanto el Poder Ejecutivo como el
Poder Legislativo han fijado que respetarán la autonomía de la UAEMex. A pesar
de que el conflicto ha escalado, ya sea por las denuncias de las aspirantes,
por las malas decisiones de la Comisión Especial Electoral, por la protesta
estudiantil y la toma de instalaciones, han dejado en claro que las cosas se
solucionen desde adentro de la institución. Difícil entenderlo, porque la
UAEMex también es un asunto de gobernabilidad, cuando las autoridades
universitarias se ven rebasadas por negligencia o incapacidad.
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No hay que perder de
vista lo sucedido en la estructura de la Secretaría de Educación, donde renunció
Juvenal Vargas Muñoz, quien se desempeñaba como director general de Educación
Superior. Durante las últimas semanas fue acusado de haber apoyado a una de las
aspirantes a la rectoría universitaria. También fue uno de los señalados de
promover los paros estudiantiles como parte de una perniciosa operación
política. Fue el último secretario de rectoría con Alfredo Barrera Baca. De su
salida, hay varias especulaciones: fue castigo por mala conducta, ya se fue a
operar libremente la recta final de la elección, es el enviado para resolver el
conflicto, entre muchas otras especulaciones.
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Faltan siete días para
que finalice el rectorado en funciones. Nada se sabe del rector Carlos Eduardo
Barrera Díaz. Es el hombre más buscado por aspirantes y estudiantes. Lejos han
quedado las aspiraciones de sumarse a alguna tarea gubernamental -aunque públicamente
decía lo contrario-. El desgaste político que tendrá como saldo al conflicto
universitario, le tiene ya reservado su espacio como investigador en la UAEMex
por un muy largo tiempo.