Toluca, Edomex; 8 de enero
de 2025.- La buena fortuna ha recaído -aún en tiempos de transformación- sobre
el grupo político del priísta Humberto Benítez Treviño. Ayer martes, fue electo
Fernando Díaz Juárez como presidente interino del Poder Judicial del Estado de
México; quien fuera su secretario particular hace casi veinte años. Apenas en
diciembre, Humberto Benítez González -hijo del extitular de la PGR- fue electo
presidente del Colegio de Notarios de la entidad. Ambas designaciones con la
anuencia del gobierno delfinista que le ha abierto la puerta a un grupo
político que es crítico agudo del régimen morenista.
Humberto Benítez, es un longevo
político formado por Carlos Hank, que en años recientes fue un impulsor de las
aspiraciones de Ana Lilia Herrera. Todavía el año pasado, su hija Rosalinda
Benítez fue designada coordinadora de la campaña presidencial de Xóchitl Gálvez
en el Estado de México, con los pésimos resultados obtenidos en las urnas. Pese
a todo, ahora el gobierno delfinista lanza un guiño para un grupo político
priísta identificado también con el peñismo, al que tanto se le acusa de tener
pactos de impunidad durante los últimos años.
Con referencia a la elección
de Fernando Díaz al frente del Poder Judicial, se estableció un pacto cupular
de la burocracia dorada, con la condición de que al término del mandato
interino -el cual apenas tendrá una duración de ocho meses- será designado como
titular de los órganos nuevos del PJ Edomex, ya sea al Tribunal de Disciplina Judicial
o al Órgano Administrativo. Las componendas políticas no distinguen ideologías partidistas.
Y pensar que hasta hace algunos meses, Ana Lilia Herrera y Xóchitl Gálvez
pensaban que las traiciones estaban en identificadas con el régimen delmacista.
En adelante, vendrá la
parte más compleja en la implementación de la reforma al Poder Judicial, que
está relacionada con la elección de jueces y magistrados, donde se prevé que
también haya acuerdos superiores que permitan a las élites priístas compartir
el ejercicio del poder público. Como ha venido ocurriendo desde hace más de un
año, la clase gobernante priísta -inmersa en todos los poderes del estado- se
hace indispensable para prevalecer vigente. Sin perder de vista, además, que Ricardo
Sodi -presidente saliente del Poder Judicial estatal- tiene la intención de
contender en la elección federal de jueces y magistrados, y quien se beneficia
con los acuerdos políticos con el gobierno delfinista y la propia elección de
Díaz Juárez.
Está claro que el
régimen morenista apuesta a tener una transición ordenada en el Poder Judicial
que evite en el camino un paro de labores -como ocurrió en el caso de la
Federación-, o una toma de decisiones que genere incertidumbre, por esa razón
se explica que el interinato se haya concedido a alguien identificado con el
régimen priísta. Ya vendrá la elección de una presidencia de dos años, en donde
entonces sí, alguien identificado con el Grupo Texcoco asuma el control del
mismo. El gobierno delfinista asume con paciencia su momento.
Sólo no le avisen a Lady
Profeco de la ascendencia política que ha retomado su padre.